8. El pasaje secreto.

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Me quede estática ante las palabras del padre Eugene, había tomado asiento en una de las banquetas mientras observaba el santuario

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Me quede estática ante las palabras del padre Eugene, había tomado asiento en una de las banquetas mientras observaba el santuario. 

—¿Quién te lo dijo?— Pregunto, cambiando de tema. 

—La diosa del crepúsculo.. nos hicimos amigas.

—¿Es eso así?— Susurro, curioso. Soltó una pequeña risa seca.— ¿La que traiciono y mintió al propio Dios supremo para sacar un demonio del infierno

Me quede sin aliento, sin palabras. ¿Acaso acaba de decir las dos palabras prohibidas en Celestia? 

—¿Acaso no te conto ese secreto?— Se rio entre dientes.— Pues claro que no, si te lo decía seguramente saldrías corriendo asustada, como cualquier otro que supiera la verdad. ¿Ahora lo entiendes, Emma? 

Mire hacia la escultura de cobre y oro del dios Sol, incrédula ante las palabras del padre Eugene. 

—La próxima vez que se vean, pídele que te cuente tal historia.

Y sin mas, se levanto y salió del santuario. Me quede estática en mi puesto, mientras pensaba una y otra vez en sus palabras. No, todo lo que dijo debe de ser falso. Es imposible que sea verdad. Porque si no ella no seguiría siendo una diosa. Mi mente fue atacada por millones de pensamientos, si Circe conocía Haize y Circe era mala.. ¿Haize también?  No lo se... 

Un rato después, llego Clara junto con Marcus. 

—¡Emma, justo te andaba buscando para mostrarte el secreto de la catedral!— Sonrió Marcus, a su lado Clara rio. 

—Bueno, yo creo que mejor me voy retirando. 

Clara se despidió con la mano y planto un beso en la mejilla de Marcus. Mi cabeza empezaba a doler.

¿Mas secretos de los que ya se? 

Me levante, sacando todas mis dudas de la cabeza. Fui junto con Marcus quien estaba solo e imite mi mejor sonrisa. 

—¿Enserio? ¿Qué secreto?— fingí emoción. 

Marcus, con una enorme sonrisa en su rostro, corrio por todo el santuario del dios sol, desde el comienzo hasta el final, se detuvo frente a la madera que tenia escrita la historia del dios. Entusiasmado jalo a un lado, un crujido salió y creí que lo había roto. 

Pero no, en cambio una entrada a la oscuridad nos esperaba. Marcus entro sin dudarlo y me tendió la mano para continuar detrás de el. 

—Emma, ven por aquí.. te quiero enseñar algo sorprendente.— Dijo, Marcus. Fui tras el y tome su mano.

Recorrimos el laberinto interno de la catedral durante un largo rato, me enseño a como ingresar a la capital desde el santuario del dios sol, o como llegas desde el primero hasta el ultimo. Habíamos caminado un largo rato desde que pasamos el ultimo santuario.

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