7. Una nueva amistad

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Así como había dicho desde un principio, Marcus llego a mi casa a las 10

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Así como había dicho desde un principio, Marcus llego a mi casa a las 10. Ninguno de los dos comento en el camino; la tensión y la incomodidad abundaba entre los dos. Sentí como la mano de Marcus buscaba la mía cuidadosamente, cuando la encontró la entrelazo y me acerco hacia el. 

Pero aun sentía miedo.. 

—¿Sabes...?— Susurro, dejando un beso en mi mejilla— Perdón por lo que dije ayer, no estaba midiendo mis palabras. 

Mi corazon se calentó, después de haber sentido un balde de agua fría escurrirse sobre el. No aguante las ganas y lo abrace con fuerza, su calidez me rodeo y pude respirar su aroma con intensidad. 

Necesitaba un fuerte abrazo. 

—Perdón también por haber reaccionado así ayer..— Suspire.— ¿Me perdonas? 

Alce la vista encontrándome con su mirada color caramelo, una sonrisa dulce apareció y me cautivo el alma. 

—Claro que te perdono, si tu me perdonas a mi.— murmuro, no me había dado cuenta de la distancia que habíamos tomado uno al otro.— Por cierto, aun no damos nuestro primer beso..— susurro, juguetón. 

Mis nervios se fueron enloqueciendo cada vez mas, mi corazon palpitaba con fuerza y sentía arder mis mejillas en fuego.. Dios, era tan lindo.

—¿Eso no se hace el día de nuestra boda?— Susurre, nerviosa. 

Una pequeña risita se escapo de entre sus dientes, su aliento con aroma a chocolate chocaba con mis labios y no aguante las ganas y acorte nuestra distancia. No sabia como besar, sin embargo el tomaba la rienda del beso.. 

Acabo de dar mi primer beso- 

No, este no es el primer beso.. Aunque, a eso no se le consideraría primer beso. 

Marcus tomo mi cintura, apegando mi cadera hacia su cuerpo, mientras nuestras bocas luchaban para mantener un control y una sincronía que nunca antes había sentido, como también la adrenalina que recorría mi cuerpo cada vez que su lengua tocaba mi paladar. 

—Este tipo de besos, no se hacen el día de nuestra boda..— Susurro, contra mis labios. 

El aliento que había retenido, lo deje escapar en un jadeo. Dios, eso fue lo mas intenso que tuve en mi corta vida. Oh bueno, era la primera vez que sentía esta sensación de... satisfacción. 

Los dos nos miramos un largo rato, y logre captar la conexión que teníamos uno al otro.. Y después todas mis dudas se disiparon, el no me quería para usarme..

El en verdad me quería. 

Sin evitar la felicidad que recorría mi cuerpo, me abalance a sus brazos. Alce la vista y plante un beso en sus labios, demostrando el cariño y aprecio que quiero. 

—Te quiero. Ya estoy deseando que pasen estas tres semanas..— Suspire, emocionada. 

Me separe y corri a la catedral, que estaba justo enfrente de nosotros. Me gire hacia atrás y un sonriente Marcus me seguía el paso. Cuando ingrese, me percate de la gran cantidad de gente. Había personas de un lado hacia el otro, llevando telas, ropa, velas, comida, ¡De todo un poco! 

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