15. cangreburgers

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—¿Qué es esto? ¿Y esto? ¿¡y eso!? Uuuu, ¡Mira eso! ¿Qué es?

Tome las tres cosas que había visto y se las mostré a Haize, quien sonrió al verlas en mis manos. Las tomo cada una y las coloco nuevamente en su lugar. Hice una mueca indignada al verlo. 

—¡Dijiste que podía agarrar lo que quería! 

—Pero eso no incluye condones ni otra de esas cosas.— Señalo toda la estantería. 

Hice un puchero y seguí viendo, tomando algunas cosas que me parecían interesantes y colocándolas en el carrito. 

—¿Y esto para que es?— Señale una cajita roja que tenia muñecos sonriendo en la portada.

Haize soltó otro suspiro, tomo una de las caja que ya había tomado antes y la metió al carrito. Yo tome un frasco y trate de leerlo, aunque las palabras del mundo humano eran casi iguales, aun no me acostumbraba a esta caligrafía. Se me hace raro no ver la cursiva letra de algún monje de un templo. 

—¿Qué dice aquí Haize? No llego a leerlo. 

—Dice que te calles.— Murmuro. 

Grosero.

Me mordí la lengua, sin querer contestarle. Trate de releerlo y esta vez lo conseguí. "manjar" 

—¿Qué es el Manjar, Haize? 

—Solamente mételo al carrito y después me preguntas que es.

Me encogí de hombros e hice lo que me dijo, coloque el manjar en el carrito y lo seguí empujando. Ya habíamos recorrido varios pasillos y este era el ultimo. Pude ver unos anuncios que decían "Helado" en unas neveras, rápidamente salí corriendo y empecé a sacar varios helados y dejarlos corriendo al carrito. 

Haize rápidamente supo que era lo único que me parecía familiar de este mundo, el helado. 

Cuando terminamos, fuimos a unas mesas donde dejamos lo que estábamos llevando, una señora con cara aburrida, empezó a tomar cada cosa y pasarla sobre un escáner rojo que hacia un BIP cada vez que tomaba un producto y lo dejaba al otro lado de la mesa. 

Cuando paso todos los productos, Haize le tendió un papelito y la señora lo acepto, lo paso por una cosita que no sabia que era y se la devolvió junto con un papel que salió de la misma cosita de antes. Haize empezó a recoger las cosas y dejarlas sobre algo que me dijo que se llamaban bolsas de plástico.

Las agarro todas y se encamino a la salida del lugar, me apresure a seguirle y robarle unas cuantas bolsas para que no lleve tanto peso, pero a los minutos me canse y se las devolví. Cuando salimos, Haize llamo a un señor que estaba recostado contra un vehículo y este se acerco con una sonrisa. 

—¿Cuánto me cobra hasta Ride street?— Pregunto, Haize.

—2.50 dólares, señor.— Contesto el hombre con una sonrisa.

Haize asintió y le dio las bolsas al joven, el cual se encargo de llevarlas al vehículo. Haize le siguió a un paso lento y lo mire sorprendida. 

—¿Lo conoces? 

—No. 

—¿Y por que le hablaste? 

—Por que su trabajo es de llevar personas. Tienes que hablar con el para que te lleve, claro. 

me quede mirándolo, atónita. ¡Vaya, que increíble! en Celestia hablarle a un desconocido es... ¡irónicamente malo! 

Haize me ayudo a subirme a ese vehículo, abriendo una parte trasera de el. Se sentó a mi lado y esperamos a que el señor entrara al vehículo para llevarnos. Apenas pasaron unos segundos, el vehículo tomo fuerza y empezó a andar. Solté un chillido emocionada al ver que estábamos andando y sin caminar. 

HAIZEWhere stories live. Discover now