『Día 1』

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¿Esta mal que deje su patrullaje a medio día? Sí, pero lo que no estaba mal (o sentía que no lo era) es hacerle caso a su Alfa y corazón. Días pasados conocio un Omega hermoso de quien cayó perdidamente enamorado.

Katsuki Bakugō. Un Omega de ojos carmín y precioso cabello Rubió cenizo que quien junto a sus dos cachorros vivía en un albergue para Omegas abandonados con todo tipo de problemas fueron abandonados o si bien huyeron de una vida de maltratos y abusos por parte de su Alfa o Beta. Fue en ese lugar donde un día se paro a ayudar con un caso delictivo menor que lo vió por primera vez cayendo perdidamente enamorado a primera vista .

Seguramente el destino se estaba burlando de él pues jamás creyó en algo como eso.

En el transcurso de su camino a verlo nuevamente paso a una floristería a comprar un presente. Un hermoso y grande ramo de Rosas Rojas. Él iba enserio, quería conquistar su corazón. No sería como un típico Alfa que no se es forzaría y que solo someta a algún Omega para tenerlo así en sus frías garras. No él quería cortejarlo, quería hacer todo bien y ganarse su corazón y confianza. A mitad de su camino también se detuvo a comprar algunos dulces para sus cachorros. También quería ganar la confianza de ambos infantes.

Tras mucho caminar y pensar -además de llamar la atención de muchos transeúntes- llego al lugar destinado el cual en que automáticamente pidió verlo apenas cruzó las puertas del lugar.

-¿B-Bakugō-san?- pregunto una Beta, completamente sonrojada, no paraba de mirar el precioso ramo de Rosas Rojas, brillantes y grandes que el reconocido héroe No. 1 traía para el Omega.

-Si, por favor. Tengo algo importante que decirle- respondió el peliverde con una sonrisa y voz amable.

-¡A-Ah sí! P-Permítame llevarlo a donde él se encuentra, s-sigame por favor.- dijo, dando media vuelta sobre sus tobillos comenzando a caminar por los pasillos del refugio. Algunos Omegas cotilleaban siguiendo la mirada al Alfa ¿para quien era aquel ramo? ¿Quien era el afortunado?

-Aquí se encuentra- volvió a hablar la joven Beta dejándolo en la entrada de la Sala común del Refugio.

-Gracias- dijo mirando a la mujer irse por el mismo camino que momentos antes.

Se quedó ahí, de pie frente a él esperando a que su contrario sintiera su presencia siendo aún el foco de atención de los que pasaban ¡Se estaba poniendo nervioso!

Katsuki sin sentir -aún- la presencia o mirada del Alfa miraba bastante entretenido y enternecido a sus dos niños quienes jugaban haciendo pequeñas construcciones con bloques de colores, sentados a su lado sobre los tatamis del refugio.

Kaori aún era muy pequeña, pero estaba entendiendo que apilar los bloques hacía que la torre creciera y Yoshio le explicaba todo eso con mucha emoción como si su hermanita estuviera entendiendo absolutamente todo.

Katsuki estaba relajado, era un buen día. Uno de ésos en los que solo quería dejar a sus hijos jugar y esparcir su rico aroma a leche y miel por ahí. Le hacía sentir seguro. Además de que podía permitirse cerrar los ojos y recordar a aquel alfa que que conoció días anteriores.

Estaba seguro que un omega como él no tendría muchas chances de conseguir una buena oportunidad en el refugio con cualquier Alfa que se llevará a presentar en el lugar, en especial con ese fuerte Alfa peliverde que lo había cautivado, pero nadie le impedía fantasear con el héroe número uno.

Con los ojos cerrados, recordaba su presencia, lo cálido de su sonrisa, lo protector que su aroma se sentía. Lo pensó tanto, tan fuerte y poderoso que empezó a olfatearlo de verdad. Como si él...

30 days to fall in love (DekuBaku) [Omegaverse]Where stories live. Discover now