『Día 27』

641 91 15
                                    


Katsuki apenas ahora estaba empezando a sentir los dolores de la golpiza...

Había actuado como un campeón ocultando las molestias frente a Yoshio, pero ahora que el nene había caído dormido en la siesta, Katsuki podía tomarse un momento para desahogarse.


No quería dejarlo solo en estos momentos, golpe tras golpe ha recibido el Omega y el estado de salud de la cachorra que le era preocupante para él y sus compañeros quienes se encariñaron con la pequeña familia.

Desgraciadamente el llamado al deber era algo que no se permitía ignorar.

Volvió lo más rápido que pudo a la agencia, con su respectivo ramo de Rosas y al llegar, al verlo fue a abrazarlo y besar sus mejillas.

—¿Cómo estás, bonito? ¿Y Kaori-chan?

Cuando Izuku llegó, había estado a punto de llorar. Se obligó a contener las lágrimas un poco más..., solo un poco más.

—Está dormida. Yoshio también. —Ronroneó, bajando la mirada. — ¿Cómo te fue con los villanos, huh?

Katsuki era un libro abierto, y el aroma de sus feromonas lo delataban tanto.

Suspiro. No fastidiado, solo un poco desanimado de verlo así ¿Qué podía hacer por él para animarlo? Solo besos, caricias y palabras lindas.

—Fue un día tranquilo— beso su mejilla —mucho tiempo para pensar en ti.

El Omega permitió los mimos. Y por más que quiso esconder el dolor, no pudo hacerlo por demasiado tiempo.

—Izuku —susurró, resintiendo un movimiento inconsciente que hizo arder todo el costado de su cuerpo—. Aún duele.

El nombrado sintió un espasmo de tristeza al escuchar su voz rota por el dolor.

—Mi amor— susurró sobre sus cabellos una vez después de que los beso —Acompáñame a la enfermería por favor, te daré algo para el dolor, no te preocupes ¿sí?

Asintió, frunciendo el ceño en un intento de lidiar con el dolor. Ese alfa realmente lo había pateado con odio.

Se preguntaba si merecía ese trato después de todo.

Ese maldito Alfa merece ser castrado químicamente.

Se inclinó colocando uno de sus brazos detrás de sus rodillas levantándolo así en sus brazos, en estilo nupcial. Beso su mejilla disponiéndose a caminar con lentitud rumbo a la enfermería de la agencia.

Le había sorprendido tanto como abochornado. Oh, Dios. Izuku era realmente fuerte... ¡Y estando en la agencia alguien los podría ver!

Escondió su rostro sonrojado en el pecho de él, tratando de hacerse más ligero al quedarse quieto. Cada día lo sorprendía de nuevas maneras, y todas le encantaban muchísimo.

Joder, Izuku era el alfa perfecto. No le cabía duda.

Uravity no tardó nada en tomarles una foto mientras chillaba por la linda escena. Le pediría la foto después de atender las heridas de Katsuki.

Al llegar a la enfermería lo sentó en la camilla que había en la Sala con cuidado yendo y viniendo con una pastilla para el dolor, agua y una pomada. Entregó en sus manos los dos primeros.

—Bonito, necesito que te quites la playera y te recuestes, te pondré esta pomada para ayudarte a que tus heridas sanen más rápido.

El cenizo obedeció, derritiéndose de la pena.

No esperaba que ésta fuera la manera que él lo viera desnudo de torso... De pronto, Katsuki se hizo realmente consciente de lo imperfecto que era. No se parecía en nada a los omega de la televisión; sus pechos estaban inflamados, más grandes de lo normal, y su vientre era flácido después de dos bebés. No era delgado como los modelos, ni mucho menos atractivo ahora que estaba cubierto de heridas y moretones enormes por todos lados.

30 days to fall in love (DekuBaku) [Omegaverse]Where stories live. Discover now