『Día 29』

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El último ramo de rosas Rojas, sus nervios estaban a flor de piel.


La florista hizo una corta plática con él mientras preparaba el ramo tratando de tranquilizarlo un poco. Una vez el trabajo estuvo listo y pago fue directo a la agencia, con el ramo en las manos temblando.

—Estoy de regreso— dijo, sus compañeros le dieron la bienvenida y fue a buscar al Omega, al dueño de su nerviosismo.

Respiro hondo, quería verse tranquilo —Katsuki— llamó como saludo quedando justo debajo del marco de su puerta, con las flores frente a él apoyándose en la madera —Traje algo para ti.

Kaori estaba de muy buen humor. Había exclamado "¡Dada!" desde los brazos de Katsuki, apenas había visto la figura del alfa aparecer a espaldas de mamá.

Katsuki se volteó al escucharla. Había contado los días hasta este momento... Ya mañana era el momento.

El Omega se levantó con Kaori en brazos, y fue a recibirlo con una gran sonrisa.

—Hey, héroe —canturreó, coqueto. Kaori quería pasarse a sus brazos—. ¿Son para mí, o para ella? —Ya que a Kaori le había encantado jugar con las rosas todo este tiempo.

Con una mano, Izuku sostuvo el ramo y con la otra a la bebé a quien acurruco en su hombro.

—Claro que son para ti— dijo juguetón levantando a la bebé en su brazo hasta alcanzar a darle muchos besos en la mejilla. —Pequeña, te traeré más juguetes.

Después de pasarle a la niña, recibió las flores con gusto. Las miraba, las apreciaba, las olfateaba... Eran perfectas. Eran las pruebas del amor de Deku, que había prevalecido intacto durante 29 días continuos.

Estaba tan enamorado..., ¡lo ama tanto, joder!

—Gracias, Izuku. —Lo miró. —Eres increíble.

Una vez tuvo ambas manos libres levanto a la cachorrita lista para llenar su carita de besos entre risas y hacerle cosquillas.

—Gracias a ti, Katsuki, por permitirme hacer todo esto y aceptarlo.

—Oh, no fue nada difícil. Tú hiciste cada regalo completamente irresistible. —Guiñó un ojito.

Luego miró hacia adentro.

—¿Quieres pasar? Hay suficiente espacio para todos aquí.

—Lo fue para mí— rio bajito —tuve que pedir consejos para saber que regalarte, y a los bonitos bebés.

Dio otro paso para besar su frente, mejilla y naricita —Muchas gracias, bonito— dijo aceptando la invitación entrando a la habitación con la cachorra en brazos.

Enrojeció como si fuera un colegial enamorado por primera vez. Tardó un par de segundos en cerrar la puerta, pues se la mantuvo fantaseando del amor más tiempo del esperado. Luego fue con él.

Se sentó a su lado, y apoyó la barbilla en su hombro, en son casi juguetón.

—¿Qué más tienes que hacer hoy?

Aprovechando la cercanía, mientras jugaba con la bebé giro la cabeza en dirección del cenizo dejando un beso en su sien.

—Solo escribir un reporte del robo que detuve hoy ¿tienes algo en mente, mh?

Esbozó una sonrisa, ronroneando de gusto. Aunque pronto se relamió los labios con algo de nervios antes de hablar.

—¿Podrías quedarte hoy? —dijo, rápido—. No tienes que hacerlo, estás cansado y todo eso. Solo... es algo que pensé.

Demasiadas pesadillas. No quería estar lejos de Izuku.

—Yo puedo hacer todo lo que tu desees, Katsuki— una manera de decirle que está a sus pies —Me quedaré, no te preocupes.

Después de todo ya tiene preparado todo para lo del siguiente día.

Sus ojos brillaron. En serio. Se le notó la sorpresa en cada centímetro del rostro. —¿Hablas en serio? ¿Te quedarás?

—Hablo muy enserio. —Acurruco a la infante en sus brazos al mismo tiempo que se giraba un poco encarando a Katsuki. —Ya deberías saber que estoy dispuesto a hacer todo por ti.

Lentamente esbozó una sonrisa y sin pensarlo demasiado, guiado en gran medida por sus instintos, Katsuki decidí levantarse sobre sus rodillas en la cama y gatear hasta Izuku. Al menos lo suficiente para poder sostenerse de su hombro y dejarle, en este orden: Un beso en la sien, un beso en la mejilla, y un beso en la comisura de los labios.

—Eres el mejor —susurró sobre su oído, en medio de sus ronroneos.

—Y tú eres perfecto— respondió en voz bajita, en un susurro sensual estirando su cuello alcanzando a darle un beso en la comisura de los labios. —¿El día de hoy te dije lo mucho que me encantas?

Se mordió suavecito el labio inferior. Todo su cuerpo era presa de las cosquillas y placeres de escuchar su voz.

—No me molestaría si lo vuelves a decir —respondió, contento.

—Me encantas— beso una vez más su mejilla —Te adoro— repitió el beso subiendo un poco más el beso en dirección de su oreja —Te amo— susurro cerca de su oído.

Ronroneó bonito, casi en un quejido gustoso. Cuando le escuchaba así de cerca, diciendo esas cosas, sus instintos se desataban por completo. Dejaba de ser Katsuki, comenzaba a ser Katsuki omega, insaciable de amor de su alfa.

Se derritió por completo con el "Te amo". En su espalda baja sintió la sensación acumularse como una lluvia de calor dentro de su piel.

—Yo también te amo —confesó, siéndole imposible contenerlo más después de escucharlo—. Tanto, alfa...

—Omega precioso— beso su oreja con gentileza —Mi Omega precioso. ¿Sabes lo mucho que me encanta tenerlos aquí, a mi lado? Me siento enteramente afortunado.

Ronroneó más, apretando los labios porque aún su parte racional estaba luchando por contenerse. Dios, quería decirle cuánto lo amaba, quería sentarse en su regazo y descansar allí su vida entera. Izuku era perfecto. Increíblemente perfecto.

Y lo amaba muchísimo.

Ni siquiera sabía cómo responder sin dejarse en evidencia. Izuku lo volvía maleable al oído. Podía hacer con él lo que quisiera.



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¡Aaaah! ¡No puedo con tanta emoción!

Solo queda un Día (Capítulo) y sabremos si Kats acepta o no la rosa blanca.

Jajaja

¿Emocionados?

Bueno, no quiero molestar más. No olviden votar ni comentar, me encanta leer sus comentarios

¡Nos leemos en el siguiente capitulo!

30 days to fall in love (DekuBaku) [Omegaverse]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin