『Día 6』

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Tuvo un patrullaje de 24 hrs el día anterior, solo durmió en el tratamiento de sus heridas después de una bien merecida ducha y los regaños de sus compañeros, Doctores... Y All Might. En la madrugada interrumpió el robo de un grupo de delincuentes, como siempre actuó solo y sin pensar, afortunadamente solo algunos golpes y raspones, nada de que preocuparse. En cuanto le pusieron la última venda en su muñeca salió corriendo a la floristería. No tenía pensado en fallarle a Katsuki, lo había jurado.

Un ramo de 100 rosas, la dependienta como siempre tenía su pedido hecho.

Ignorando las preguntas preocupadas al verlo lleno de moretones, vendas y banditas pago retirandose con prisa. Lo mismo ocurrio con los Omegas y Betas del refugio.

Siguiendo las indicaciones de una de las Betas llegó hasta el cenizo. Hermoso como siempre. Inhalo llenando sus pulmones del aroma a pay de Limón que desprendía del pelicenizo, fue lo que necesitaba para recargar su energía espiritual.

-¡Hola!- llamó extendiendo su mano libre a manera de saludo.

Katsuki estaba solo en esta ocasión. Kaori estaba jugando con otra mamá omega y otro cachorro, Yoshio estaba ocupado jugando con sus amigos. Al ver a Deku tuvo ganas de saltar a abrazarlo, sin embargo, al ver sus heridas se le comprimió el corazón y se quedó a pasos de acercarse.

-Deku, ¿qué te ocurrió? -Su omega estaba ansioso por acercarse y revisar personalmente las heridas.

Izuku fue quien terminó de acercarse, buscando entregar su ramo diario. Sonrió ampliamente para no preocupar (más) al Omega dejando fluir un aroma tranquilo y suave para dar él mensaje que estaba bien. Su vida no corría ningún riesgo -Solo frustre un robo. No es nada grave, estoy bien.

Asintió, orgulloso de que su alfa fuese un héroe, pero preocupado por la cantidad de pequeñas heridas que tenía.

Ronroneando, tomó el ramo, pero su atención se fue de inmediato a acariciar la mejilla de Izuku -¿Seguro estás bien, hah? -murmuró-. Podríamos ir a la enfermería del refugio si te sientes mal.

El pecoso apoyó su rostro contra la palma que acariciaba su mejilla, quería sentir un tacto más cercano con él -Esta bien- emitió un gruñidito bajo, similar al ronroneo de un Omega -estar contigo es lo único que necesito para sanarme.- susurró, abriendo una vez más los ojos rubí mirándolo. -¿Y mis cachorros?- pregunto mirando ahora a varios lugares buscando a los menores, sin darse cuenta que ya había proclamado como suyos a los bebés de Katsuki quien inconscientemente esbozó una sonrisa.

Le encantaba saber que el alfa que lo cortejaba había aceptado a sus cachorros como propios. La ley Alfa era clara en sus cláusulas..., un alfa podía matar a su cachorro si llegaba a desconocerlo. Katsuki, sabiendo que sus bebés no corrían riesgo están con Izuku, no podía sino seguirse enamorando profundamente de ese alfa tan apuesto.

-Kaori está jugando -comentó, acercándose a su cuerpo para luego levantar el brazo y señalar hacia el pequeño parque infantil, donde estaba jugando ella con otro cachorro y otra mamá-. Yoshio está organizando una agencia de héroes por allá -canturreó con tonito orgulloso, viendo a su hijo liderando a los demás pues él era el dueño de la agencia.
-Oh~- canturreó, tan contento y orgulloso por los menores, ver a la bebé riendo y jugando al igual que su hermano mayor, su sonrisa se ensanchó más aún con lo último -Me encanta tu familia- dijo de la nada sin apartar la vista de los pequeños que jugaban sin preocupaciones -en verdad deseo ser parte de ella.

Y vaya que se estaba ganando mucho ese honor.

Katsuki se permitió despreocuparse, concentrarse sólo en Izuku. Se atrevió a sonreír mientras lo miraba... y tomó su mano entre las suyas -Ellos ya te ven como parte de la familia -susurró, acercando su mano a sus labios para dejarle un sutil beso en el dorso.

30 days to fall in love (DekuBaku) [Omegaverse]Where stories live. Discover now