—¡No mires mas,por favor!—Matías le habló con un hilo de voz.
—¡Shhhshh!—No hagas ruido,nos escucharán.
Llevaban varios minutos observando a el par de jóvenes.
En medio de la noche habían notado a Chucho y Josefina caminar hacia el claro tomados fuertemente de la mano.
Hacía un calor sofocante...
Siguieron sus pasos para ver lo que hacían, nadie en la hacienda sabía siquiera que los empleados tuvieran una relación clandestina. Se adentraron mas entre la maleza,tropezando entre ramas y rocas,ella levantaba sus faldas con sumo cuidado para no rasgarlas con las espinas que salían de algunas peligrosas ramas...
El mismo ruido de sus pasos y sus corazones acelerados evitaba que se percataran de que estaban siendo seguidos.
El viento movía las hojas en las copas de los árboles inquieto. La luna se filtraba entre las ramas y dos largas siluetas se reflejaron en el suelo con la luz brillante al bañar sus cuerpos.
El hombre atrajo a la joven hasta él,su mirada ardía de placer al sentirla cerca,ella se notaba temerosa,pero dispuesta.
Le acarició el hombro lentamente dejando caer el tirante de su vestido. La única prenda de ella cayó al suelo, resbaló por su cuerpo con una rapidez que dejó al hombre con la mirada fija en su maravilloso cuerpo. En un lapso tan corto como el fugaz viaje de una estrella, ambos amantes yacían desnudos en la oscuridad de la noche,bebiendose el sabor de sus labios. Jadeantes consumaron la entrega ante la mirada morbosa de un par de adolescentes que también comenzaban a sentir como su cuerpo reaccionaba ante lo que miraban.
Acariciaba su cuerpo con presura,con la respiración agitada.
Besó sus labios entre la comisura y fue bajando lentamente a su cuello,mientras se posesionaba de sus pechos. No era delicado,tenía la torpeza de quien se entrega por primera vez.
Mordía su cuello,mientras apretaba con gusto sus pechos,hacía estridentes ruidos en su cuello,succionando y degustandose de su aroma. Estaba absorto con ese cuerpo tan perfecto.
Mordió sus hombros,la recostó para recorrer su piel con su ardiente lengua que ardía como brasa envuelta en la seducción que le producía el tenerla.
Las aguas tranquilas brillaron formando el reflejo de la luna como un fino espejo en la noche. Podía distinguirse la silueta de la hermosa mujer cabalgando enérgicamente a su pareja con suaves movimientos circulares, mientras el viento movía levemente su cabello. Su exquisita figura podía vislumbrarse completa en la oscuridad,se estaban poseyendo con locura,el temor quedó de lado desde hacía ya un rato.
Matías se levantó de su posición tan aprisa que sacó a Noé de su ensimismamiento.
Noé no había hecho otra cosa que sólo observar a la pareja con tal fervor que casi había olvidado que a su lado permanecía su hermano. Pero Matías mas que molesto se sentía furioso consigo mismo,decepcionado,frustrado y terriblemente enamorado de un imposible.
Éste comenzó a caminar sin control entre los árboles,uno de ellos le rasgó la piel con la ruda pared que lo recubría haciendo brotar un poco de sangre de su brazo,aun así continuó, siguió caminando con pesadez,como si alguien o quizá algo lo persiguiera.
Matías estaba triste,las lágrimas brotaban de sus ojos empapando sus mejillas,aquélla hermosa visión sólo le había confirmado que él jamás tendría eso,jamás recibiría esa clase de amor. Porque él estaba maldito,estaba terriblemente maldecido amando a alguien que jamás sería para él.
Un fuerte nudo se formó en su garganta contrayendola,obstruyendo el poco aire que llegaba a sus pulmones,pero el aire mismo le quemaba,las lágrimas que estaba derramando le quemaban el rostro,el aire que inhalaba lo sentía pesado,envenenado quizá...no quería sentir eso,le dolía el pecho darse cuenta de su realidad.
