Las noches se tornaron insipidas,los días frustrantes y su recuerdo constante y atormentador.
Realmente se sentía halagado con el trato de los De Rivera,pero también sumamente incómodo y obligado a las constantes insinuaciones de Don Ignacio de propiciar un encuentro entre él y su hija,que ésta no se veía reacia al constante parloteo de su padre y sus innumerables comentarios fuera de lugar.
Solo llevaba una semana ahí y sus defensas se estaban mermando cada dia mas,ni siquiera tenía tanto tiempo de pensar que hacer con lo que estaba sintiendo,pues se sentía acosado constantemente por Irene ó por Ignacio. Curiosamente la mas pequeña de las hijas no hacia aparición alguna,llevaba días sin verla siquiera deambular por la casa,pensó que quizá estuviera enferma,desde aquella extraña situación que no la había visto, tampoco quería importunar con preguntas incómodas a la familia,puesto que solo era una visita y nada mas.
Se encontraba sentado en el comedor con una humeante taza de café en las manos y el periódico local en la otra,por algún motivo estaba completamente solo,no le dio mas vueltas al asunto y siguió bebiendo con parsimonia y disfrutando aquella pequeña soledad que se le regalaba. Llevó la taza a sus labios y dio un profundo sorbo...
Sus pensamientos iban de eso,cuando escuchó una voz venir del corredor pidiendo algo de desayunar y dando varias órdenes. Elevó la vista y vio que se trataba de Ignacio,dio un bufido mental.
-Noe,buen dia muchacho-Ignacio entró presuroso y sentandose en su lugar de siempre en la mesa,colocando educadamente una fina servilleta en sus piernas,para después regalarle a Noé una de sus arrogantes sonrisas que Noé ya conocía por llevar días conviviendo con la familia.
-Buen dia señor-repitió tan solemne como pudo,no terminaba de gustarle esa tetrica situación de él convivir con ellos como si fuera parte de la familia.
-¿Tienes planes para hoy?-Una de las mujeres de servicio entró con rapidez al comedor situándose a la altura de Ignacio y sirviendo una taza de café para el patrón. Éste asintió y la mujer salió de nuevo del lugar.
-Si. La academia esta cerca y hoy ire de nuevo para resolver de una vez mi estancia,han sido días largos de trabajo y me han quedado de dar una firme respuesta hoy mismo-Llevó la servilleta a sus labios limpiando sus comisuras.
-Excelente,pero de verdad que no tienes que apresurar el trámite,mi familia esta encantada con tu presencia y les daría suma pena tu pronta partida.-Noé lo miró dubitativo,humedeció sus labios y carraspeó algo incómodo.
-El tiempo apremia señor,de verdad debería ya estar matriculado a estas alturas,y estar instandome,pero su oferta es tan generosa como usted y su familia.
-Tonterias,eso mismo haría tu familia por mi,oh por alguna de mis hijas ¿no crees?.-La obviedad estaba implícita en la respuesta,pero Noé no se percató de ella.
-Porsupuesto señor,si algún dia necesitara algo,con toda confianza podría pedirlo,y lo que estuviera em mis manos hacer lo haría sin dudarlo.-Ignacio amplió la sonrisa con exageración.
-Bien,ahora que lo dices,si necesito algo,pero me da tanta pena pedirlo...
Noé se apresuró a verlo y endulzar su gesto.
-Por favor Don Ignacio,pida lo que sea,ya veré yo como lo consigo.-espetó el muchacho seriamente convencido de poder ayudarlos,puesto que su padre no debía estar enterado de la prematura partida de su hijo adoptivo,quizá para él no sería capaz de pedir nada,pero esa familia había sido tan generosa con él que por ellos podía bien hacer su vergüenza aún lado.
-No es lo que piensas hijo-agregó rápidamente.-Mis hijas estan muy solas y yo empezaré serios negocios con Isaac Ortíz,Hipolita mi mujer siempre esta ocupada en cenas de beneficiencia,cumpliendo con las obligaciones que las familias como nosotros tiene,por eso me atrevo a pedir tu compañía para ellas,son algo timidas,mas Irene,si no te molesta me gustaría pedirte que ya cuándo estes instalado pudieras venir unas tardes a sacarlas a pasear,cosas asi,nada complicado.
