TIEMPO DESPUÉS

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Matías miró condescendiente su celda,lejos de parecerle miserable la encontró austera,pero imprescindible para su formación espiritual. Una pequeña habitación de cuatro por cuatro,sin ventanas y un crucifijo clavado a la altura del respaldo de una cama sencilla y adornada con una vieja manta cuadrada.

Colocó su valija en la cama. De ella sacó varios objetos,una biblia que se llevó a los labios antes de colocarla con cuidado en la cama,un rosario plateado que Nidia había puesto en sus manos antes de marcharse de su casa con el rostro enrojecido y lloroso,y su estola que besó de la misma forma.

Cansado del viaje quitó con sumo cuidado su sotana,guardandola en su buró. Matías se sentó cansado en la orilla de su cama pensativo. Una sensación de pesadumbres le golpeó el cuerpo haciendo que de pronto su cuerpo se avejentara mas.

Solo tenía veinticinco años,pero sentía casi cincuenta. Después de acabado su año de experiencia pastoral lo habían mandado a una pequeña parroquia a las afueras de cuatrocienegas,bastante cerca de Santa clara. Su formación había sido larga y reconfortante para su alma lastimada. Los primeros dos años de filosofía había sentido la necesidad de desertar,sintiéndose miserable para poder profesar como seminarista,pero Tomás solía alentarlo diciéndole que dios tenía guardadas grandes cosas para él.

También los nervios le comían. No había visto a Nabor en todo su tiempo de seminarista,ni cuándo terminó sus cuatro años de tecnología y lo habían mandado a casa,para solidar su decisión. aún en ese momento no fue a casa,sino con Tomás. Ver a su padre era uno de sus mas grandes remordimientos,su alma vivía atormentada por negarse a volver al lugar donde todo le recordaba a Noé. Aunque su padre siempre le mandaba bendiciones, Matías sabía que vivía entristecido por las decisiones de sus hijos de vivir lejos de él.

Al despertar esa mañana,Matías se vistió de nuevo,pero no quiso portar su sotana para ir a ver a su padre. Dentro de él había un regocijo grande por verlo,porque viera que lo había conseguido y por haber dejado atras su pasado.

Vestía un traje de chaqueta negro,su barba era de tres dias,dándole un aspecto algo desaliñado. Solo esperaba que Nabor no pusiera quejas de su aspecto,con los ocho años que tenía sin verlo esperaba eso.

Caminó a la entrada de la Condesa con paso firme,pero la mandíbula tensa. Y unos incipiantes nervios naciendo en su vientre. había dejado de ser ese niño de aspecto delicado y finas formas. Su cuerpo estaba formado por una espalda amplia y cuadrada,sus piernas una larga,muy larga extensión de su cuerpo y sus brazos eran firmes al igual que todo él. Su rostro alargado y bellamente enmarcado,estaba adornado con una perfilada nariz,unos labios sutilmente delineados y un perfil sugerente y hermoso.

Un hombre de apariencia ruda lo encaró al percatarse de su presencia.

—¿Quien es usted y que desea?—gruñó Facundo,viendo desafiante a Matías. Tenía el mentón ligeramente levantado y una fría actitud déspota.

En cambio Matías esbozó una cordial sonrisa para ése hombre.

—Buen dia Facundo. ¿No me recuerda? soy Matías, el hijo de Don Nabor.

Facundo enchuecó el gesto,rascando su cabeza y bajando el rostro algo contrariado.

—Usted dispense,no lo reconocía—expresó sorprendido.

Matías ensanchó la sonrisa y se acercó a Facundo. Palmeo su hombro con confianza.—Me alegra verte,¿se encuentra mi padre?—preguntó amable.

—¿Que pasa Facundo? —Jesús llegó hasta donde estaban Matías y Facundo. Mirando inquisitivo al rubio.

Matías sonrió viendo a jesús.

—Matías ¿eres tú?—preguntó azorado el capataz.

Miraba a Matías como si fuese una aparición. Sin quitar el espasmo de su rostro.

MEDIA NOCHEWhere stories live. Discover now