VULNERABILIDAD.

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Después de haberlas visto aquella tarde en la parroquia de Saucillo,Nidia le pidió acompañarla en una cena en su casa,le había dicho lo importante que era para ella su compañia y su consejo cerca y Matías no había juntado el valor para negarse después de saber que la cena era en honor a Noé y su prometida. Tan pronto como había llegado también había sabido que sería una completa tortura estar en el mismo lugar que él, que Noé. Pero ¿porqué? Debía de tenerlo superado,y no preocuparse por ese hecho. Dios le daría la fuerza que necesitaba y su determinación haría el resto.

Sólo bastó ver sus ojos para darse cuenta que el tiempo que había pasado había sido completamente inútil. Jamás podría superarle si seguía viendolo,si seguía deseando estar cerca de él. Sacudió su cabeza intentando alejar las tormentosas ideas que pasaban sobre su cabeza y hacerse a la idea de que él era prohibido.

Su prometida lo tomaba de la mano,jugaba con la línea de sus labios y él tenía que observar de lejos,tenía que ser el servicial sacerdote que bendijera su boda. Que irónica coincidencia, volver y sólo justo para verlo casarse.

—Matías—Lo llamó una aterciopelada voz desde el fondo de el comedor, giró el rostro y sus ojos se toparon primero con los de Noé, y con nerviosismo desvío la mirada hasta encontrarse con la de Irene,que era quien lo llamaba.

—¿Sí?—respondió conteniendo las ganas de salir corriendo del mismo lugar dónde se encontraba su mayor desconsuelo.

La rubia poseía una de las figuras mas exquisitas y envidiables de la sociedad capitalina. Sus ojos de un verde turquesa eran embriagadores y su piel nivea podía confundirse con facilidad con alguna figurilla de porcelana tallada.

—¿Nos hará el honor de ser quién nos case?—Preguntó—Al mismo tiempo que volvió el rostro para buscar la aprobación de su prometido con una sonrisa tan deslumbrante que podía decirse que era su mayor sueño.

No obstante,no encontró agrado en los ojos de Noé, éste sólo volteo el rostro visiblemente contraído y riguido. El ambiente parecía algo denso y cargado de una bruma invisible pero mortífera,aunque nadie más parecía notarla.

Matías tragó saliva algo incómodo, pero decidió tratar de controlar sus propios miedos y dejar de mostrar una debilidad que le calcomía el alma de egoísmo. ¿Porque tenía que ser todo tan duro?.

Miró un segundo a Noé y bajó la mirada tomando un mantel en sus manos para llevarselo a los labios limpiado algún resto de la exquisita cena que su amiga había preparado.

—Claro—respondió—Si ustedes me lo permiten.

Irene sonrió con exageración y levantó su copa para brindar con su familia un compromiso casi forzado. Pero algo iba mal y Nidia podía sentirlo en el ambiente y en la forma en que Matías respondió la petición.

Lo observó unos segundos notando cómo el cuerpo del sacerdote lucía rígido e incomodo. Sabía que su hermana podía llegar a ser una persona egoísta y sin muchos escrúpulos, pero no notaba preocupación en el rostro de Matías, era más algo parecido al dolor más que a la preocupación.

Josefina entró en esos momentos con ambas manos ocupadas llevando una charola para terminar de levantar los restos de la cena,pasó por un lado de Matías, que sonrió ampliamente al verla,también por un lado de Noé, que la miró contrariado sin alcanzar a entender que era lo que ella hacia en ése lugar,la última noticia que tuvo de ella había sido años atrás. La miró de reojo,se veía un poco mas grande,pero seguía teniendo esa fina figura de niña y sus ojos seguían con su mismo brillo. Josefina volteo el rostro para mirar a Matías un momento más.

Matías no se veía cómodo y eso podía notarlo cualquiera.

Sus piernas,sus manos, su corazón, todo su cuerpo se paralizaría si seguía viendolo de la forma en que lo estaba haciendo,tan detenidamente y con tanto descaro. Noé escrutó el rostro de Matías sin reparo alguno,sin sentir un ápice de pena o culpa. El rubio sintió cómo su cuerpo temblaba bajo la incesante mirada oscura de Noé y cómo sus mejillas ardían al sentirse observado. Noé estaba sentado al final de la mesa,de lado de su prometida y seguía sin notar la presencia de Irene,su mente y sus pensamientos estaban atrapados en el azul de la mirada de Matías ¿Cómo había hecho para soportar estar tanto tiempo lejos de él? Dentro de su cuerpo sentía la necesidad de levantarse y arrastrarlo fuera de ese lugar,lejos,dónde nada ni nadie pudiera encontrarlos jamás, pero también quería tomarlo en sus brazos y volver hacer suyos esos labios que se había bebido en tantas ocasiones y que ahora casi podía decir que había olvidado su sabor.

MEDIA NOCHEWhere stories live. Discover now