Capítulo 3 · Daño

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Jade

Quise dar saltitos como una niña nada más pisar el estadio del Manchester City. Había estado cientos de veces en aquel lugar, pero no a pie de campo como en ese momento. Mi trabajo fuera de las oficinas de la RHN no solo era acudir a las ruedas de prensa previas a los partidos, también consistía en conectar con los canales oficiales de la RHN, en directo, desde el campo, informando durante los minutos previos al inicio del partido.

―Vas a hacerlo bien ―me dijo Tommy, que estaría tras la cámara de nuestro compañero Gordon.

―No estés nerviosa.

―No estoy nerviosa, Gordon. Estoy emocionada ―dije contenta, mirando a mi alrededor.

En ese repaso visual, vi a tío Carl acercarse a mí. Había salido de la banqueta de los jugadores, la cuál estaba ocupada solamente por personal médico y de más, pues los jugadores seguían en el vestuario. Sonreí cuando se acercó a mí y me dio un rápido abrazo.

―Qué orgulloso estoy de verte aquí, Dios mío ―murmuró cuando se separó, sonriendo―. Vas a bordarlo. Voy a estar viéndote desde el móvil.

Asentí con la cabeza.

―Venga, te dejo que me tengo que ir. Suerte, cielo. Rompe el culo al resto de reporteros.

―Gracias, Carl. ―Reí.

Se despidió de nosotros con la mano y se marchó por donde había venido.

―¿Es tu tío biológico? ―preguntó Tommy curioso.

―No, es un buen amigo de la familia. Mis hermanos y yo lo tenemos como un tío.

Asintió con la cabeza y entonces Gordon habló.

―Dos minutos, Jane.

Me puse el auricular por el que escucharía a mis compañeros de plató. En ese momento estaban comentando que el campo se veía lleno, más de lo esperado. Me puse de caras a la cámara, que ya tenía la luz roja encendida, que era la que me indicaba que estaba grabando. Esperé, atenta a las voces, y cuando Katherine me dio entrada desde plató, asentí con la cabeza para que supieran que los recibía.

―Buenas noches, compañeros. Así es aquí me tenéis, por primera vez, a pie de campo y no os miento si os digo que me están temblando hasta las pestañas.

―Qué feliz estamos de verte allí, Jade. Cuéntanos, ¿cómo notas el ambiente?

―Como bien habéis dicho, el estadio está hasta los topes. La afición del City pinta de color azul las gradas, pero la afición de West Ham está haciendo mucho, mucho ruido... ―Me callé un segundo al escuchar los vítores y los aplausos de la gente. De reojo vi a los jugadores saliendo de los vestuarios―. Y más ruido hacen ahora que tenemos a los jugadores saliendo al campo para entrenar. A esta portería norte llegan los porteros de los azules, Sterling Abbey y Bruno Alavés, en la banda comienzan a correr Ronald Luane y John Silver, que se quedan fuera del once...

Los próximos minutos transcurrieron con fluidez y sin ningún contratiempo. Agradecí que no hicieran comentarios al respecto de la foto que estaba circulando por todos lados de Sterling y yo charlando en la salida del restaurante en el que almorzamos el día anterior.

―Muchas gracias, Jade. Nos vemos de nuevo al finalizar la primera parte ―me dijo Katherine y supe por su voz que estaba sonriendo.

―Hasta más tarde, compañeros.

Cuando Gordon me levantó el pulgar, supe que ya no estaba en el aire, y no pude aguantarme el saltito de la emoción que lo hizo reír.

―¿Qué tal he estado? ―les pregunté mientras me descolgaba el auricular.

Fuera de juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora