Capítulo 26 · Bien

5.6K 546 46
                                    

Jade

Gracias a Tommy, las aguas se apaciguaron en menos de medio día. Tommy, en su programa de por la tarde, había aclarado que lo visto en el tuit era totalmente mentira y que él y Gordon habían oído la conversación. La vídeo-respuesta de Tommy se difundió mucho más que el vídeo de ese tío (el cual tuvo que borrarlo) y la tranquilidad volvió a mí, pero no del todo. Cualquier persona podía inventarse cualquier mierda y yo seguía estando en el punto de mira.

Cuando durante años había escuchado a Sterling decir que no hablaba con la prensa porque le tenían manía y solo querían sacarlo de contexto para joderle, pensé que exageraba. Pero ya estaba viendo que de verdad odiaban a Sterling, lo detestaban, buscaban joderlo...

Había podido hablar con él por la noche y durante un par de largas horas. Si fuese por él, hubiera durado más la charla, pero tuve que fingir morirme de sueño para que él fuera a acostarse. Al día siguiente entrenarían temprano, y no quería que estuviera cansado por mi culpa.

Llegué a Alemania en un vuelo comercial junto a Tommy y Gordon, además de otros compañeros del sector como Gerald Kennedy, al cual me había encontrado solo en mi primer día. Me caía muy bien. Todos los periodistas estábamos en un hotel colindante al de los jugadores, lo cual me ponía muy feliz, porque allí estaría Coral también. Y, obviamente, mi chico.

Mi chico falso, quiero decir.

Tras dejar las cosas en el hotel, toda la prensa inglesa que fuimos en ese vuelo fuimos corriendo (bueno, en taxi, pero ya me entendéis) hacia el estadio del Borussia Dortmund para la rueda de prensa, pues íbamos con el tiempo justo. Llegamos justo cuando otros compañeros estaban en la rueda de prensa del Dortmund. Unos minutos después, nos instalaron en una sala y, tras colocarnos en un buen sitio, esperamos a que llegara el entrenador. Aproveché para hablarle a Sterling, al cual le había informado minutos antes que ya había llegado.

Jade Lennox
Estoy ya en la sala de prensa.

No vio el mensaje, así que por la hora que era deduje que estaría comiendo. Y solo de pensar en comida, me entró un hambre horrible. No comía nada desde antes de embarcar.

La rueda de prensa fue como todas, aunque con más preguntas, pues había más prensa de lo normal por ser un partido de Champions. De hecho, un medio portugués preguntó por el homenaje a Ray Lennox.

―Sus últimos entrenadores hablarán, además de una de sus sobrinas ―respondió el entrenador. Un murmullo colectivo se escampó por la sala y Tommy y yo nos miramos; él ya lo sabía―. Sí, la niña de la famosa foto levantando la copa.

―Tú ―susurró Tommy. Me reí por lo bajo.

―Sí, yo.

Cuando acabamos, recogimos todo y salimos por la misma puerta que todo el mundo. Las salidas solían ser fluidas y rápidas, pero esa vez no fue así, porque la gente se estaba deteniendo en el pasillo. No supe qué pasaba hasta que salí y vi allí a Sterling con Pablo y Coral. Aparté a algunos compañeros, que hablaban con Pablo porque no era un misterio que Sterling no hablaba con nadie si no era estrictamente necesario. Al verme, sonrió ampliamente, tranquilo. Lo abracé por el cuello con fuerza y él a mí por la cintura.

―Estás bien ―murmuró.

―Te dije que sí.

Separó su rostro de mi cuello y besó mis labios sin importarle que hubieran allí más de 30 periodistas.

―Quería verte ahora porque no voy a volver al hotel hasta las cinco de la tarde y entonces tendré un buen rato de gimnasio.

―Me alegra que hayas venido.

Fuera de juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora