Capítulo 15 · Novios novios

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Jade

El martes llegué a la oficina después de saludar a lo lejos a un paparazzi que debía creer que estaba bien escondido tras un coche amarillo que cantaba más que un cono en medio de la calle. Siempre había alguno escondido y era bastante incómodo. Como usualmente, llegué temprano para poder tomarme un café tranquilamente mientras planeaba el programa del día, Futuros Prometedores.

Con mi vaso de cartón lleno de café latte, subí hacia el plató 5. Sorteé algunas personas de camino a esa zona y me llevé una sorpresa enorme cuando vi a Sterling allí, charlando con uno de los tertulianos, James.

―Sterling ―lo llamé, tratando de ocultar mi tono sorprendido.

Él se dio la vuelta y sonrió al mirarme. Qué guapo estaba el condenado cuando sonreía. Se disculpó con James y se acercó a mí. Bastó una leve mirada alrededor para saber que había gente pendiente de nuestros movimientos. Ni siquiera tuvimos que decir nada, simplemente juntamos nuestros labios en un beso cuando llegó a mí.

Cerré los ojos sin poder evitarlo y su mano en mi cintura hizo que aún me acomodara más a ese beso.

―Sabes a café ―susurró aún sobre mis labios, separándose muy poco.

―Buenos días ―murmuré sin saber exactamente qué decir.

―Buenos días, Jade.

―¿Qué haces aquí y por qué no me habías dicho nada? ―susurré todo lo bajo que pude.

―Les he concedido una entrevista a tus compañeros.

Me separé un poco más para mirarlo a los ojos, sorprendida a más no poder. Sterling no daba nunca entrevistas; todo el mundo sabía que no le gustaban los periodistas y que por ello jamás concedía ningún tipo de intervención de ese tipo.

―¿Cómo? ¿Por qué?

―Mi agente lleva tiempo diciéndome que estaría bien dar la cara en la prensa en un lugar que no fuera el campo, la sala de prensa del Etihad o las discotecas, así que he decidido dar una entrevista. Una sola. Y, bueno, no podía ser en otra empresa que no fuera la de mi novia, ¿no crees?

Sonreí un poco. Miento, sonreí mucho. Porque había admitido que había aceptado entrevistarse con la RHN por mí. Y, bueno, aunque no debería ilusionarme por ello, lo hacía.

―¿Quién va a entrevistarte?

―Katherine. Me han dicho que, si quería, podías entrevistarme tú. Pero me he negado. No sé si sabría ser muy profesional contigo.

―Es entendible. ―Reí por lo bajo.

Hasta ese momento no me había dado cuenta de que su mano todavía estaba en mi cintura. No hasta que me acarició mi piel con su pulgar, pues el vestido que llevaba tenía unas aperturas en la cintura.

―¿Sterling? ―escuché que preguntaba Kat cerca de nosotros. Probablemente desde la sala de entrevistas.

―Ya voy, Katherine.

―Oh. ¡Hola, Jade!

―Hola, Kat. ―Reí―. Ahora dejo que se vaya.

―Ningún problema.

―Cuando salgas, yo estaré en directo ―le dije, señalando el plató de nuestra espalda―, así que imagino que ya nos veremos esta tarde, cuando traiga a Jane al estadio.

―No has visto mi mensaje ―confirmó. Yo, confundida, negué con la cabeza―. Está enferma. Debió comer algo que no le acabó de caer bien al estómago y se la levantado con dolores de barriga. La he llevado a urgencias esta madrugada y ya está en casa bastante mejor.

Fuera de juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora