Capítulo VI.

37K 2.2K 1.1K
                                    

Capítulo 6 | Tenemos un trato

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 6 | Tenemos un trato

15 de febrero

—Así que... debo asumir que ambos están enojados

No le presté atención y ella tampoco. Revolví el plato frente a mí, me imitó, solo que exageró con el movimiento de su cuchara, pues terminó ocasionando un pequeño ruido que demostraba lo enfadada que se encontraba. Decidí hacer lo mismo, pero al mover mi cubierto con la misma fuerza, este rebotó y sentí algo de comida caer en mi nariz.

Tomé una servilleta, intentando que nadie se diera cuenta de la estupidez que acababa de cometer. La ojeé. Al menos eso no lo notó. Aunque, Ethan si captó el momento tenso que estábamos viviendo así que decidió volver a abrir la boca

—¿Qué sucede entre ustedes dos?

—Nada —dijimos al unísono

Alisson ni siquiera levantó la cabeza hacia mí. Intenté ignorar el hecho de que eso me hacía sentir culpable. Sus labios se fruncieron en un mohín de enfado, mi vista se perdió allí, recordando la suavidad de estos. Antes de perderme en mis pensamientos, rápidamente sacudí mi cabeza, centrándome

—¿Por qué crees que sucede algo? —le pregunté a mi copia

—¿Cómo que por qué? —frunció el ceño—. Entiendo que no eran los mejores amigos, pero mínimo compartían palabras, ¿o no?

—No —intenté

—Terminé —ella ni siquiera volvió a decir algo cuando se levantó directo a la cocina. La seguí con la mirada en todo momento hasta cuando empezó a lavar los trastes con algo de enfado

Suspiré, dejando de comer para ver a mi gemelo, este tenía los ojos entrecerrados hacia mí. Ahí fue donde entendí lo que iba a decir, sin necesidad de leer su mente

—No haré eso —avisé, bebiendo mi jugo

—Hiciste algo.

—¡No hice nada! —grité en un susurro

—Está enfadada y sé que fue tu culpa, Elliot —acusó sin remordimiento—. Te conozco porque sé perfectamente lo imbécil que puedes ser.

—¿Por qué siempre asumen que es mi culpa?

—Ay, por favor —bufó—. No eres ningún santo.

—¿Sabes, Richi? —dejé todo de lado—. Cuando te pida la opinión me la das, por ahora mejor guarda silencio, ¿quieres?

—Discúlpate.

—No voy a...

—Hazlo o le diré a mamá que tu rompiste su libro preferido cuando teníamos cinco años.

El jadeo sorprendido abandonó mis labios antes de que pudiera evitarlo. Lo miré mal al instante, completamente indignado, sin creer que seguía chantajeándome con el mismo asunto desde hace tantos años. 

El brillo de las estrellas✓On viuen les histories. Descobreix ara