Capítulo XXXIX.

30.4K 2K 638
                                    

Capítulo 39 | La tendremos

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Capítulo 39 | La tendremos.

08 de noviembre

Recibí varias miradas mientras caminaba por los pasillos. No las culpo, el objeto en mis manos llamaba mucho la atención, cosa que me hacía sonreír, pues me imaginaba la mirada de cierta pelirroja cuando viera mi obsequio. Por lo tanto, me encargué de aumentar mi caminar para así llegar lo más pronto posible a su habitación.

Sentí un poco de ansiedad causando que mis palmas sudaran levemente. Mi corazón empezó a latir a un ritmo más acelerado cuando tomé el pomo, girándolo con lentitud hasta que abrí por completo.

Del otro lado fui capaz de percibir un par de ojos que enseguida me miraron. Había dos figuras más, entre esas Kora con la bebé en sus brazos. Alisson tenía mala cara y por los brazos cruzados del rubio pude detectar que quizás se encontraban discutiendo.

Me adentré, con cautela

—¿Qué pasa? —pregunté, cerrando

Awww —la castaña me dio una dulce mirada, a pesar de que sabía que no era para mí

Miré a la chica de orbes celestes, esta estudió con precisión el ramo de girasoles que yo sostenía, alternando su vista de él hacia mí. Le sonreí con inocencia, y aquello no pareció gustarle mucho.

Sin decir nada, señaló la estancia

—¿Te parece que esto es una floristería?

—No seas grosera —riñó su hermano

—No te preocupes, ya me acostumbré a su sarcasmo —le respondí, sin dejar de mirarla—. De nada, sé que son tus favoritos.

—No los quiero. —mintió descaradamente

—Los quieres —contesté de inmediato—. Justo a tu lado. ¿Quieres que los ponga allí? Por supuesto, ¿los chocolates también te gustan? Ya lo sé, por eso te los traje, ¿soy el mejor novio del mundo? Nunca me lo has dicho, pero lo veo en tus ojos, muchas gracias.

Tomó aire profundamente

Sí, había vuelto a hacer mi actividad favorita en el mundo, sacar de quicio a la pelirroja amargada de la que me enamoré. Ella se contenía, bastante para no demostrar lo mucho que su corazón latía rápido por mí. Aunque la mayoría del tiempo no le funcionaba en lo absoluto.

Se mantuvo inexpresiva, como si eso me fuese a hacer pensar que despertó enojada. Bueno, como dije una vez, soy la única persona en el mundo que puede manejar su carácter, y si se despertó con el pie izquierdo, puedo hacer que me sonría cuando menos se lo espere. 

—Alisson —Kora señaló con su cabeza, disimuladamente hacia mí

La chica suspiró, para luego esbozar una fingida sonrisa

—¡No puede ser! ¡Es el mejor obsequio del mundo! —pegó un chillido que me sobresaltó—. No sabes cómo me encantan los girasoles, pero más me encantas tú. Anda, ven, quiero darte un enorme abrazo.

El brillo de las estrellas✓Onde histórias criam vida. Descubra agora