Capítulo XIX.

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Capítulo 19 | No te alejes de mí

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Capítulo 19 | No te alejes de mí. 

Me encontraba más que enfadada y fui capaz de pasar por delante de los dos gorilas que custodiaban la entrada. Intentaron detenerme, no dejé que lo hicieran. Me adentré sin que nada me importara. Justo ahora tenía tanto enfado acumulado que podría golpear a la primera persona que se me atravesara y esta vez no era una simple amenaza.

Divisé su lugar y no perdí tiempo al caminar hacia allí. Me retiré la capucha que cubría mi cabello y planté mis palmas en su escritorio, ocasionando un ruido fuerte que llamó su atención.

La sonrisa en sus labios no perdió tiempo al aparecer

—Vaya, vaya. Mi corredora estrella.

—Voy a ser directa solo porque la nuez que tienes como cerebro no funciona por mucho —bramé—. ¿Tuviste algo que ver?

Todo rastro de diversión en sus facciones se esfumó por completo. Bajó el cigarrillo que sostenía y lo lanzó al suelo donde uno de sus guardias lo pisó. Me mostré impasible, sin muchas ganas de quedarme ni de hablarle

Aun así, era necesario aclarar algunas cosas.

—Primero que todo quiero que me bajes ese tono —su advertencia me hizo rodar los ojos—. Segundo; no tengo idea de lo que me estás hablando.

—No te hagas el imbécil que tanto no eres —mis uñas casi se entierran en la madera—. El auto que se acaba de chocar bajo el puente, tus hombres fueron los responsables, ¿no es así?

Se encogió de hombros.

—¿Tienes algo que lo demuestre?

—Sí, por supuesto, los tres autos que salieron de la nada cuando la carrera estaba a punto de terminar, lo estaban siguiendo y tú los enviaste para matarlo, ¿cierto?

—¿Por qué supones algo así? —me miró con cansancio fingido—. Jamás haría algo como eso, ¿acaso me crees capaz de ser un... asesino?

—Es obvio que sí ya deja de actuar como un idiota —palmeé la mesa y eso llamó la atención del guardia que se acercó a mí—. Dime qué es lo que quieres.

—Okey —le hizo una seña al hombre que se alejó de mí tan solo un poco—. Hablemos sin máscaras porque claramente sí tuve que ver.

—Imbécil —escupí

—Alisson, nunca eres tan grosera —su tono de voz tan tranquilo solo me hacía querer golpearlo—. Esta es solo una muestra de lo que puedo hacer si crees que puedes seguirme ignorando.

—Jamás te he ignorado, aunque las ganas no me faltan.

—Te dije que tenías una carrera hace dos días y no quisiste venir —suspiró—. En la vida hay sacrificios y si tú me haces perder dinero tengo que recordarte tu posición de alguna manera.

El brillo de las estrellas✓Where stories live. Discover now