Capítulo XI.

34.7K 2.2K 319
                                    

Capítulo 11 | Igual que tú

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 11 | Igual que tú. 

14 de marzo

Presioné la tecla de mi laptop, bajando y bajando lo más que pude hasta encontrar la información que buscaba. Leí muy rápido, mis ojos se movieron de lado a lado y procesé las palabras con velocidad.

Eso no me dice nada.

Genial.

Continué, esta vez bajando con más desgano. Una vez decidí rendirme, bajé la tapa con un poco de fuerza y me puse de pie. Me encaminé al baño, mirándome al espejo por unos cuántos segundos.

Tenía la piel un poco pálida.

¿Será normal o soy un vampiro y no me he dado cuenta?

Bien, ya hasta parece que estoy delirando.

Hice mis necesidades, lavé mis manos, cepillé mis dientes y después de recoger mi cabello en un moño, me lavé la cara con mucha agua para despejarme.

Tenía una clase. De hecho, tenía una clase ahora mismo, pero no estaba segura de si ir o no. Mi parte irracional me dijo que lo soportaría. La otra, me hizo salir del baño, aproximándome al cajón de mi mesita de noche donde saqué un termómetro.

Lo puse bajo mi brazo, y di vueltas por toda la habitación, aguardando. Conté unos cuantos segundos debido al aburrimiento. Y cuando oí el pitido suave, lo saqué para ver el número que marcaba

38.5°

Eso no es bueno, ¿o sí?

Ignoré el hecho de que me temblaba el cuerpo entero, para volver a sentarme en la silla de mi escritorio. Levanté la tapa de la laptop y tecleé más rápido esta vez.

Leí el único resultado que me salió para después bufar.

Genial otra vez

Me pasé una mano por la cara.

Puede que esté exagerando. Sí, a lo mejor lo estoy. Decidí ignorar mis propias conclusiones y apagué el aparato de una vez por todas. Me puse de pie, encaminándome hacia mi cama para ponerme las pantuflas que estaban bajo esta.

Tomé mi teléfono y revisé la hora junto con uno que otro mensaje.

Brent: No olvides llamar.

Casi rodé mis ojos. Si no fuese porque mi cuerpo quería lanzarse a la cama y no levantarse, lo más probable es que le hubiese respondido. Fingí que no lo había leído y lancé el móvil al colchón.

Este rebotó un par de veces, y después se mantuvo quieto.

Tomé aire profundamente. En eso, mi puerta recibió algunos toques

—¿Alisson? —oí a Ethan—. ¿Estás ahí?

—Ahm... sí —respondí a toda velocidad. Rebusqué un abrigo que me puse y volví a arreglar mi cabello para no lucir tan despeinada

El brillo de las estrellas✓Where stories live. Discover now