Capitulo 1

5.6K 347 92
                                    

En el momento que sus pies tocaron tierra firme, sintiendo el frío agolparse a su cuerpo, supo que había vuelto a la ciudad que hace unas semanas dejó para ir a una de sus tantas giras habituales en el rol de sus funciones. Sin embargo, no pensó que este trayecto se vería interrumpido por la salud de su abuelo, en más, en sus planes incluso estaba divertirse lejos del centro de atención en el palacio donde reinaba su familia.

Sabía que la prensa debía estar especulando por su repentina llegada, o por la presencia de sus dos hermanos menores, incluso por el constante tráfico de entrada y salida de personas del palacio real. A pesar de ser algo lejos de la gravedad, siempre su padre exageraba toda situación ante su anhelo de poder ser prontamente el Rey en su línea de sucesión al trono.

Tampoco era como que su padre quería matar a su abuelo, en lo absoluto, sabía que su progenitor amaba al hombre con una fuerza y admiración tremenda, pero al mismo tiempo como ella también lo había sido, habían pasado toda su vida siendo enseñados, inculcados, si se puede decir incluso "domados" para algún día tomar el cargo más importante en su familia.

La corona.

Más cuando el Rey siempre iba a hacer la figura más importante, cualquier cosa que le sucediera a su abuelo era alarmante para cada persona. Si las tradiciones y los protocolos han perdurado a por cientos de años, seguía manteniéndose el cuidado extremo para el hombre.

Observó cómo el hombre vestido de traje le abría la puerta del vehículo dejándola subir, sonriéndole de manera amable en señal de agradecimiento. Tomó asiento mirando sus manos fijándose que cada uña estaba perfectamente, y los accesorios combinando a la perfección con el traje que llevaba ese día. Se miro de manera disimulada en el reflejo del vehículo observando que el viento no haya despeinado su cabello, manteniendo su cuerpo erguido incluso al momento de sentarse a puertas cerradas.

Al menos no llevaba corsé, eso sí que era una tortura.

Agradeció internamente que el tráfico de su ciudad no fuera tan caótico, llegando de manera rápida al palacio, observando de manera disimulada algún que otro punto de prensa. Sin salirse del protocolo, bajo del vehículo saludando a las personas de seguridad, ingresando finalmente al lugar, con una media sonrisa en su rostro.

-Bienvenida princesa Lauren.- el hombre le hizo una leve reverencia. -Es bueno tenerla nuevamente en casa.-

-Gracias, es bueno volver pero no es la noticia la que me agrade.- responde de manera educada manteniendo la compostura. -¿La familia sigue aquí?.-

-El príncipe Edward abandonó hace un momento la estancia junto a su familia, los demás miembros de su familia permanecen aquí.- comentó el hombre.

Lauren asintió, agradeciéndole, para comenzar a caminar por el lugar escuchando al hombre quien le preguntaba sobre si necesitaba algo, y comentándole lo que había para comer ese día por si a ella no le agradaba algún alimento, solo pidió un en esos momentos un vaso de agua, declinando cualquier otro ofrecimiento.

-¡Mi niña has llegado!.- la voz suave de su padre resonó en la sala.

Lauren lo miro con una sonrisa, para acercarse ambos estrechándose en un fuerte abrazo, está más señalar que la princesa había sido fuertemente consentida al ser la heredera al trono, pero también la única mujer entre sus hermanos que le precedían en línea de sucesión, no hubieron diferencias de crianzas, pero si Lauren siempre fue más protegida entre ellos.

-Debo confesar que te he extrañado.- dejó un beso en su frente.

-Yo a usted.- le sonrió. -Aunque me asuste mucho con el llamado, más si he escuchado rumores, especulaciones con respecto a la salud del abuelo.-

Contra la corriente Where stories live. Discover now