Capitulo 25

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-Camila, nos están esperando abajo, la ropa está preparada para usted y vendrán a ayudarla.- señaló Lauren parada desde afuera del baño.

-Ya estoy casi lista, solo me llegó el periodo y me siento algo delicada del estómago.- le confiesa. -Lamento lo de sus sabanas.- dice avergonzada.

Lauren abrió la puerta del baño con cuidado, mirando a la mujer en ropa interior cubierta por su bata, con el rostro completamente avergonzado, cubriéndolo con sus manos.

-No me digas eso, ademas esta será su cama también en unos meses, y son cosas que solo suceden.- acaricio su rostro suavemente levantándolo para mirarla a ojos. -No me molesta en lo absoluto, en más me parece lo más normal posible, aunque algo triste porque no podremos hacer el amor en un par de días.- murmuro.

-Eso es algo vulgar.- comentó.

Lauren aprovechó eso para robarle un beso suave, culminando con uno en su frente.

-Pediré que le preparen algo para el dolor menstrual, y para que se sienta mejor.- la beso nuevamente.

-Gracias Lauren, me encanta cuando eres así.-

-¿Así como?.- cuestionó la Princesa.

-Así de cercana, me encanta cuando demuestras tu esencia, porque es lo más maravilloso que emana de ti.- aseguro.

-Solo me preocupo por usted, sabe que mi deseo y anhelo siempre será protegerla, ante todo.- declaró, sin soltar su rostro acariciando con sus pulgares. -No dejaría que nada le lastimara, o le hiciera sentir mal por muy pequeño que sea.-

-Lo mismo digo para usted, no quiero que nadie la haga sentir mal, o cualquier cosa, usted es muy valiosa.- murmuro. -Gracias.-

-No hay nada que agradecer.- aseguro besándola cortamente. -La espero abajo, ya llegaron los asesores y prefiero no darle tanto tiempo de demora.-

Camila asintió, besándola cortamente una vez más.

-No me demoraré mucho.- aseguro.

Lauren dejó la habitación, bajando al primer piso, saludando a cada uno de sus empleados que no había visto previamente antes de llegar al salón de reuniones donde estaban los asesores.

Cuando despertó a las seis y media como todos los días siguiendo su rutina, jamás pensó que su asistente virtual lo primero que le diría era la portada que había salido en el diario más popular de la nación. Y estaba al borde del colapso mental por todo lo que acontecía de manera rápida, cada día sucedía algo nuevo y tiempo para asimilar toda su situación con Camila no lo estaba teniendo.

Desde que la morena aceptó esto, hasta que las cosas se formalizaron con sus abuelos todo había sido en menos de diez días, y cada día marcaba una pauta tremenda en ambas. La presión primero por estar juntas, ahora de haber salido a luz pública, su padre con su propio drama, más la familia de Camila que aún no hablaba con ellos personalmente, y sobre todo que aún no se habían comprometido formalmente.

Pero más que eso, que el tiempo para su boda era tan acotado en todos los sentidos, que básicamente provocaba este tipo de situaciones rápidas, apresuradas, lleno de dramas a su alrededor, intentando manejar toda la situación y sobrellevando al mismo tiempo la relación con la morena.

Estaba cansada de la presión, nunca pensó que su historia de amor con Camila iba a suceder en un principio, y si sucedía nunca pensó que sería de esta forma apresurada, donde sentía que había una división tremenda. Ahora debía enfrentarse a una nueva reunión con los asesores para reorganizar la agenda de todo lo que vendría.

Al menos serían solo ellas dos, sin sus abuelos, pudiendo así tomar sus propias decisiones sin la presión constante del Rey. Amaba a su abuelo pero se entrometía demasiado en todo lo que quedaba por hacer, y en parte eso también le estaba agobiando, cuando nada de lo que planearon de los plazos salió como pensaron.

Contra la corriente Where stories live. Discover now