7. En la estación

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Los amigos se apenaron por la interrupción del regaño, los Deadbeats para ayudarlos se apuraban a hacer el trabajo, viendo este caso Manny llamó a ambos para que fueran a su despacho, algo que lleno de misterio a Lewis ya que nunca había ido a esa parte, en cuanto entraron parecía ser una de esas oficinas de las películas viejas de detectives, un poco polvoso, con las cortinillas entre cerradas, dejando entrar un poco de luz natural, un par de archiveros y unas sillas para los invitados, sobre el escritorio no habían muchas cosas más allá de un marco para fotos, un cenicero, una lámpara de escritorio y un pequeño vaso de vidrio que estaba medio lleno, Manny saco de un cajón un sobre pequeño, y les dio indicaciones.

—En la tarde tendré un invitado personal para hablar sobre algunos asuntos, mientras tanto, deben ir a través del bosque a la dirección indicada en el sobre, ya sabes que hacer Manolo, así que guía al nuevo y dile que no debe hacer durante el trayecto, eso es todo.
—Si, Manny —contestaron ambos al unísono.

Los dos esqueletos jóvenes salieron de la oficina, Lewis entró más ese sentimiento de curiosidad, ya que no había pensado que ellos iban a irse a otro lugar ¿Y dónde sería eso? ¿Acaso es otro lugar de esqueletos? Tenía estás dudas rondando en su cabeza y más sabiendo que iban a pasar a través del bosque ¿Acaso volvería por dónde Lewis llegó? pero Manolo intervino diciéndole que tenía que llevar su guitarra a lo que aún más intrigado se atrevió a preguntar el porqué.

—Bueno verás, en ese lugar, Manny tiene algunos contactos, para lo que se encarga él, pero la comida esa no se puede hallar así de simple, así que tenemos que viajar a una tierra que siempre tiene comida y de la cual donan a Manny, claro que llevamos aquí el papeleo necesario para demostrar a qué vamos, solo lo mostramos y nos dejan pasar, no dura mucho el viaje, nos ayudan unas criaturas llamadas Alebrijes a traer la comida y listo.
—Eh… sigo sin entender, pero te sigo.
—Descuida Lewis, verás que te acostumbras a esto, cuando lleguemos a la estación te contaré más.
—Está bien ¿Y la guitarra para que?.
—Bueno es que veré a un viejo conocido, y solo quiero que me enseñe una nueva nota, y a dónde vamos será una sorpresa.
—¡Oh! ¡Vamos! No me quieras matar con tanto suspenso —dijo haciendo reír a Manolo.
—Casi, pero no.

Tomaron sus cosas y cuando fueron a la entrada del bosque, Lewis sintió un poco de ansiedad, ya que tenía miedo de perderse, Manolo se percató de inmediato y le tomo la mano, en señal de que ambos entrarían y saldrían juntos, dándole la seguridad al peli rosa de seguir adelante, al atravesar el arbolado paisaje, los recibía una estación de tren solitaria, era modesta, y no había nadie alrededor, se conservaba iluminada por algunas velas, habían bancos polvosos y la taquilla de boletos en sus vidrios oscuros y sucios, parecía que no había ningún alma, Manolo del sobre saco 2 monedas de oro y al dejarlas en la base aparecieron 2 boletos, Lewis trato de ver cerca para divisar quien estaba del otro lado pero Manolo le tomó del hombro y negó con la cabeza, para ir a esperar el tren.

—Así que… ¿Solo esperamos? —dijo mientras miraba detrás de la línea de seguridad del andén.
—Si, no tarda mucho.

Pudo notar el esqueleto de traje purpúreo que del otro lado de la estación en sentido contrario se conectaba por un puente de hierro y que detrás mismo había un bosque inmenso, que parecía no tener fin, mirara por dónde mirara, era un sitio desolador, tan calmado que parecía un Limbo, ni el eco del sonido bastaba para sentir el espacio vacío del lugar, giró a ver a su compañero y noto que se sentó en una banca a practicar con su guitarra, para seguir con lo que estaban antes pregunto algo básico.

—¿Desde cuándo sabes tocar la guitarra?.
—Hum, creo que desde que tengo memoria, pero a los nueve años fue donde más me apegue a la música.
—¿Te enseño tu mamá? Veo que eres apegado a ella.
—No, ella… bueno murió cuando era aún un bebé.
—Lo siento.
—No te preocupes, y tú ¿De dónde aprendiste a tocar el violín?
—Bueno fue cuando entre en sexto grado, me uní un tiempo al taller de música, pero tuve que practicar mucho para saber comprender las notas.
—¡Valla! Es increíble, bien me toca preguntarte.
—Adelante.
—Veamos… ¿Qué animal te gusta?
—Las alpacas, son mis preferidas, son como pequeñas jirafas ¡esponjosas! —Lewis se sentó en sus palabras con rigor que después miró como Manolo lo miraba con una risa cubierta por su mano —. Ah… bueno eso pienso yo, algo tonto he infantil.
—¿Tonto? Claro que no —Manolo se acomodó más en el banco, recargando su brazo izquierdo en la cabecera —me parece lindo, a mi bueno, me gustan los toros, creo que son animales nobles, aunque mucha gente solo los vea como una bestia para matar en el entretenimiento del toreo.
—¡Si! a mi igualmente no me agrada que traten a los animales como objetos, eso de cazarlos y exhibirlos… ¡ES HORRENDO!.
—Si —suspiro Manolo —. No me gusta en especial la… tradición de mi familia.
—¿Por qué? —preguntó un poco nervioso Lewis para no incomodar a su amigo.
—Bueno, desde hace mucho ellos son Toreros —Manolo exagero sus palabras dramatizando —, de generación en generación —suspiro con desagrado —. Pero a mí no me gusta, desde niño.
—Qué complicado.
—Si, bueno me vuelve a tocar preguntar ¿Ya habías trabajado antes? Veo que te entusiasma mucho ayudar en el Cafe.
—Si, antes cuando… estaba vivo, bueno mis padres tienen un restaurante, es único en su tipo sirven comida dulce combinada con picante se llama "Pepper Paradiso" ayudaba un poco en la cocina aún que igual que tú fui la mayoría del tiempo el camarero.
—¿Y tus hermanas? Me habías hablado de ellas.
—¡Oh! —soltó un risa de anhelo junto con unas pequeñas lágrimas —, unas traviesas y tiernas, Belle queriendo ayudar y parecía un grillo saltando de un lado a otro, Cayenne con sus bromas en echar más picante en los dulces, y… la pequeña Paprika tan gentil y cariñosa, siempre procurando que sus hermanas mayores no se metan en problemas.
—Me imagino que eran muy unidos los cuatro, nunca tuve hermanos pero… Joaquín, un… amigo de la infancia era como un hermano para mí, aunque bueno se tuvo que ir del pueblo y me quedé solo.

El amor no desaparece [Lewis Pepper × Manolo Sanchez]Where stories live. Discover now