11. De la mano

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Llegando a la estación de Calavera Cafe, Lewis sacudió suavemente a Manolo, este despertó al momento, un poco desubicado, pero con ayuda del trajeado purpúreo fueron al apartado de equipaje donde los Alebrijes estaban esperando, cargando bolsas con pan de muerto, mole entre otras comidas, Lewis se hizo cargo en guiar a los animales hacía la salida, donde Manny estaba esperando, como siempre fumando.

—¿Y que no les dio un poco de tequila Héctor para mi? —decía Manny sarcástico.
—¿Ah? Señor Manny —le decía Lewis.
—Eh… bueno es que estaba mi tía Imelda y ya sabes cómo es —reía Manolo.
—Si claro —aclamo Manny —apurense ya los dos.

Los jóvenes se apuraron y acarrearon a los Alebrijes a Calavera Cafe, en el camino Lewis miro discreto a su amigo torero, ya que aún mantenía su mente ocupada con esas palabras "Que bonitos ojos tienes" algo que le daba un cosquilleo volviéndolo a ese crispar rojo llamando sin  intención a Manolo a qué preguntará si se sentía bien, a lo que respondió que si estaba bien que solo era un poco el efecto del tequila aún en él, algo que dejó pasar su amigo, ya que creía que Lewis no sabía beber y que era eso lo que le pasaba. Cuando guardaron la carga en la cocina volvieron a llevar a los Alebrijes al tren, una vez a solas, se mantuvieron ambos callados, aunque Lewis quería decir algo para no hacer incómodo el momento, pero ningun comentarios se le ocurría, solo volvía ese pensamiento una y otra vez, parecía que quería hablar de eso pero si lo decía creía que Manolo lo tomaría raro, pero de sorpresa hablo.

—Lo siento si mi tía te asustó, así es ella, es muy sobreprotectora.
—Ah… no es eso, la entiendo, me recordó a mi madre, algo áspera, pero amable.
—Lewis… —paró la caminata, y con una voz afligida.
—¿Sí? ¿Qué sucede Manolo? —lo miro.
—Tengo celos hacia ti, nunca he sabido lo que es tener una cálida familia de mi propia sangre.
—¿Me tienes… envidia? pero ¿Por qué? —pregunto con un tono afligido Lewis.
—Tu familia te acepta tal y como eres, y parece que has estado rodeado por personas que te quieren mucho, eso me da mucha envidia.
—Manolo… —le miró inquieto.
—Cuando mi madre murió, mi padre solo se centró en mí, algo que… agradezco en parte porque nunca me faltó nada, pero nunca quiso que fuera lo que yo quería, me decía una y otra vez que tenía que ser "un Sánchez" que eso quería mi mamá para mí —Manolo bajó su mirada —. Cuando María volvió al pueblo después de muchos años, la persona que me entendía y me dejaba ser, pensaba que podía amarla… Me obsesione con Maria, porque creí que podría al fin tener a una persona que me ame y me de amor, quería tener algo que me haga sentir bien.

Manolo empezá a llorar con una mirada al  vacío, manteniendo a Lewis impactado y triste por su declaración, siendo que una familia es común para él es la que te da afecto y te respeta aún si llegan a tener objeciones, he impresionó de cómo se abrió más su amigo con un tema tan íntimo que debió estar cargando mucho tiempo, aún con esa sonrisa que siempre quiere mostrar ante los demás, y dándose cuenta que su vida fue dura, no tenía a nadie a diferencia de él, no tenía con quién desahogarse, solo un padre que no respetara sus deseos ó dejarle ser, que usó la memoria de su difunta madre para manipularlo, y aún así rechazó a su hijo por no hacer lo que quería, haciendo que esa carencia de afecto y comprensión la desahogará con la persona que llamo "el amor de su vida" solo por tratar de saciar un hueco que no puedo llenar, se sentía aún más culpable en aquella ocasión en la que discutió con él, por haberle dicho <<¿Acaso no la amas de verdad?>>. Lewis estaba enojado por como Manolo tuvo que soportar un padre tan carente emocionalmente, pero lo que más le importó hacer, fue abrazarlo, porque ahora están en su momento, a pesar de ambos estar muertos, sentía que era una chispa de vida, y de no ser por él, habría estado encerrado en su sufrimiento, no tendría un amigo con quién hablar y sentirse acompañado, Manolo pedía disculpas porque nunca quiso hacer un drama sus cosas personales, no quería ser una carga para los demás, con todo lo que acarreaba le costaba hablar con profundidad, genuinamente le costaba decir sobre él mismo.

—Tomate tu tiempo.

Fue como Lewis con esa palabras lo que calmaron la pena del músico torero, y así como fueron a la estación en su mandado, regresaron ambos tomados de la mano, sabía muy bien el peli rosa que esto solo era una parte inicial para dar el paso, su amigo aún necesitaba calmar su angustiado corazón, pero estaría ahí para él, fuera como fuese, tenía una razón por la cual seguir adelante, y sin dudar ni importar lo que venga hacia ellos, no iba a dejarlo solo. Todo esto era observado a lo lejos por las deidades que estaban a prueba, La Catrina sentía un alivió de que está vez, su acción haya hecho que Manolo mejorará, Xibalba aceptaba que iban por buen paso, pero que el tiempo iba corriendo, sugiero que llamarán a la familia Sánchez y a los Mondragón, pero Catrina comentó que aún era muy pronto para eso, estando aún en duelo el pelo azabache, debe esperar un poco más, sin embargo, también debían ver por el otro esqueleto, el trajeado purpúreo, a lo que Xibalba replicó que ese no importaba y que debían centrarse más en Manolo, a lo que replicó La Catrina que ese esqueleto también formaba parte del contrato, y debe verse por ambos, Xibalba no pudo negarse, solo suspiro con queja aceptando que está apuesta iba a hacer mucho más difícil que cualquier otra que hayan tenido en el pasado. Debían recuperar sus puestos, sobre todo porque La Catrina conocía el carácter del marido de su hermana Micte, un ser despiadado y sin nada de paciencia, lleno de irá y desagrado a los humanos y sus almas, algo que fue viendo con forme más pasaba el tiempo, llenando a su hermana de cambios, ya que ella en su casamiento parecía fuerte y decidida, más que nada porque se casó con él por poder siendo ese su objetivo principal, pero ya una vez estando con Mictlan, su estabilidad emocional y mental se iba cayendo como un castillo de Naipes, la hermana firme que una vez, ahora estaba llena de agobio con un estrés que debía soportar cada día, se imaginaba cómo debía estar soportando que a cada rato Mictlan debía estar quejándose de La Tierra de los Olvidados, desquitando se ya sea con sus sirvientes o con los mismos habitantes, dándole aún más determinación a Catrina, de recuperar sus lugares, cueste lo que cueste.

El amor no desaparece [Lewis Pepper × Manolo Sanchez]Where stories live. Discover now