CAPÍTULO 19

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Chris

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Chris

Las clases han terminado por hoy, un día como otro cualquiera en el que las clases han sido más aburridas de lo normal, pero qué puedo decir, la rutina convierte cualquier acción en un tostón. La única razón por la que me levanto cada día con motivación para asistir al instituto, es por ver de nuevo esa melena naranja que baila con el aire cada vez que se mueve, esa sonrisa reluciente que contagia y los ojos más bonitos que he visto en mi maldita vida. Es curioso cómo ha cambiado todo en mí en tan poco tiempo, supongo que no podía engañarme a mí mismo. Al final esa vocecilla que habita en mi interior, iba a gritarme las veces que hicieran falta que estaba enamorado y yo no podía mirar hacia otro lado siempre. Admitir la verdad cuesta bastante, sobre todo después de decirle a todo el mundo que no volvería a creer en nada parecido, que todo eso al final es dolor disfrazado.

Porque el amor es dolor, duele cuando lo estás, duele el miedo a no ser correspondido, duele cuando no avanzas al intentarlo, duele el rechazo... No quería sentir eso de nuevo, y no entendía por qué todos se empeñaban en buscar esos sentimientos cuando eran tan dañinos. Pero ahora lo sé. Cuando la razón de ese dolor te gusta tanto, te da igual lo mucho que te vaya a doler, merece la pena cada segundo y al final lo ves como algo satisfactorio. Porque cada vez que dice mi nombre, esos nervios que hacen que tu apetito desaparezca, se convierten en cosquilleos; cada vez que pienso en ella y me lamento por no tenerla a mi lado, se convierten en deseos y ganas de verla. Quizás vivía mejor sin sentir todo eso, no tenía preocupaciones y todo era más fácil mientras hacía lo que quisiera, pero sinceramente lo cambiaría mil veces por lo que siento ahora.

Estoy enamorado de Sam. Amo a Sam. Quiero a Sam.

Es un hecho que no puedo negar, ya no. Y me da igual lo mucho que se rían de mí ahora, admitiré con orgullo que quiero estar con ella todos los malditos segundos que la vida pueda darme. Aunque primero debería pensar qué hacer para que ella pueda llegar a sentir lo mismo por mí, que es una parte importante de todo esto y que existe la posibilidad de que nunca lo haga.

Llevo pensando todo el día en la cita perfecta. Los detalles son lo más importante y debo asegurarme de que todo saldrá bien. No me voy centrar en nada de lo que creía verdadero en mi lista, esta vez es diferente, debe ser diferente. Mi objetivo es que se sienta a gusto a mi lado, eso es lo primordial, y después dejarle claro cuáles son mis intenciones con ella. Nunca antes me había preocupado tanto por algo, he hecho mil llamadas, organizado todo el dinero ahorrado que debo gastar para cada cosa y he hecho un horario con horas incluidas en las que aproximadamente deben ocurrir acontecimientos. Pero todavía no tengo todo claro ni todo está hecho aún, todavía pienso que hay cosas que sobran y otras que faltan. En fin, mi cabeza es un auténtico caos en estos días.

Me despido de mis amigos al salir de clase, cojo mi skate junto al casco y me pongo los auriculares con la primera canción que ha salido en mi playlist, como cada día de vuelta a casa. Me alejo de los territorios del Easton High, yo solo, con mis pensamientos, con los que de verdad tengo que hablar. Necesito que me dé respuestas a mis preguntas y he de decir que los trayectos de ida y vuelta a mi casa son los mejores para pensar.

Enamorando a SamWhere stories live. Discover now