Todos en el instituto conocen a Chris Cooper, quien es famoso por dejar una estela de corazones rotos cada semana.
Pocos saben quien es Sam, un enigma que deambula descalza por los pasillos.
Para Chris, el amor se ha convertido en un juego, un clich...
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Chris
No es que estuviera siendo la cena que yo me había imaginado precisamente. De pensar que íbamos a ser tantas personas, no le habría dicho a Sam que viniera pues al final tuve que explicarle que íbamos a ser más de los que le dije con miedo a que eso la incomodara. La cuestión es que yo quería pasar tiempo con ella, podía haberle preguntado más cosas, podíamos haber visto otra película de la lista de PJ acurrucados en el sofá por el frio y tomando chocolate caliente... y no puedo porque un ser, el cual el ADN afirma que es mi hermano, se la ha apropiado esta noche y no me deja ni si quiera hablar con ella. Además de eso, mi madre no deja de pedirme ayuda para servir la comida, ¿por qué no se lo pide a Kaden? Él no la ha servido en años y podría ayudar un poquito para variar.
Y para colmo de todo esto, los Parker no dejan de hablar sobre lo genial que es su hija a mis padres mientras que ella no deja de mirar Tyler obsesivamente. Después tendré que disculparme por haberlo hecho pasar por todo esto, aunque, cada vez que he intentado hablarle lo he pillado con la mirada fija en un punto, —y por mucho que me cueste decirlo— es posible que esté interesado en la progenitora de su acosadora.
Una cena muy entretenida como podéis observar.
— ¿Sabías que las mariposas solo ven tres colores? Amarillo, rojo y verde —escucho decir a Sam, quien está sentada enfrente mía al lado de Kaden.
— ¿De verdad? No había escuchado algo tan interesante, cuéntame más —le contesta él interesado, aunque se le nota que solo lo hace para hacerme rabiar.
Como esa conversación no me agradaba en absoluto, decido escuchar lo que estaba comenzando a decir mi madre en el otro extremo de la mesa.
— ¿Cómo está tu abuela, Tyler?
— Podría estar mejor, pero la edad pesa y según su médico, cada vez va a necesitar más reposo para poder hacer cosas —responde la persona aquí a mi lado.
— Es una lástima, es una mujer encantadora. Dale recuerdos —termina diciendo mi madre.
— Lo haré. Por cierto, todo está buenísimo.
Lo que más caracteriza a Tyler es su madurez, como también su educación. Podría decir que es todo lo contrario a Chad, mientras que él es castigado casi todos los días, Tyler nunca es participe de nuestras trastadas y ve demasiado infantil el comportamiento de Chad. Lo cual es sorprendente ya que es un chico que prácticamente no tiene ningún tipo de supervisión parental, justo lo que querría Chad. A veces me lo imagino con un halo de luz sobre su cabeza y a Chad con un par de cuernos.
— Tyler tiene razón, me encanta su comida señora Cooper. Me gustaría aprender a cocinar todo lo que hace —habla Sam desde el otro extremo de la mesa.
— ¡Oh, gracias Samantha! Si quieres, luego te doy la receta y se la haces a tus amigos, estoy segura de que te saldrá igual de bueno —responde mi madre llena de orgullo.
