La Crueldad de los Dioses

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Los híbridos necesitan ser tratados con cuidado, ¿es acaso que los dioses tuvieron que estar envueltos en esto?

La vida de Luzu dio un giro muy drástico al tener a alguien más que cuidar esta vez; un ruidoso Quackity tratando de usar sus piernas más a menudo porque sus alas estaban rotas y necesitaba urgentemente saciar toda ese energía.

—Una vez cuando estaba chamaco me robé una bolsita de papitas de la tiendita, es que tenía mucha hambre, pero el don me puteó y mi mami me regañó -narraba en el trayecto—. Pero nombe Luzu, es que extraño mucho la tiendita de don Chuy, aunque cuando me alistaron en el ejército allá por Tamaulipas donde balacean a la gente solo comía puros taquitos de sal.

—Fua, debió ser nuy duro, ¿no?—comenta Luzu con las manos en los bolsillos de sus pantalones-. No lo de la tienda, sino lo que comentaste de la guerra.

—No te voy a mentir, al chile si estuvo fuerte—admite Quackity —. Yo creo que Diosito me quiere mucho y por eso hizo que me salvaras, ¿tú crees en la religión, Luzu?

—Lo creo, pero no soy un fanático a tiempo completo-se encoge de hombros—. ¿A qué se debe la pregunta, Quackity?

—Es que ayer cuando terminamos de cenar empecé a rezar—comienza a narrar, Luzu lo observa con curiosidad—. Y cuando rezo se me van unas palabrotas, pensé "Ay pinche Diosito me pelas la verga" y justo cuando termino escuché un trueno, dije: ¡No mames ya me van a llevar allá con la Jenny! Y pues ya, me disculpé.

Qué elocuente, Luzu se ríe con ganas al escuchar esa temible historia, Quackity era capaz de sacarle una sonrisa—. Los dioses te han castigado, Quacks, debes tener más cuidado con eso.

— ¿Crees en "dioses"?—ante la pluralidad, Quackity mira hacia el cielo quizá esperando de milagro observar uno—. ¿Sabes algo Luzu? Los dioses pueden irse a chingar toda su ma-

Temiendo de terminar, Luzu se separa de Quackity evitando el rayo de luz que impacta directamente al mexicano, recibiendo una descarga más dura que esta vez el plumaje se le eriza de una sensación demasiado electrizante no tan letal, los dioses se daban el lujo de castigar a pueblerinos como Quackity con un no tan ligero choque eléctrico.

—Ten cuidado, hombre, que si los enfureces más van a colgarte— acaricia la mejilla rojiza de Quackity—. ¿Estás bien?

—¿Tú que crees?— Luzu aparta los cabellos del rostro de Quackity—. Ya mejor me callo el hocico.

Desvía su atención a la monumental iglesia delante suya con magnificiencia, durante su no tan longevo recorrido Quackity averiguó que Karmaland no era tan distinto a su antiguo hogar, ignorando los vagos recuerdos de sangre y lágrimas.

El templo sagrado de los dioses era algo de lo cual Quackity ansiaba conocer, pues a lo lejos desde la agradable morada de Luzu tal construcción se observaba con perfecta claridad desde todo Karmaland.

Luzu abre las puertas recibiendo el agradable aroma angelical que albergaba la iglesia entre las butacas vacías. Quackity, manteniéndose detrás suyo, se contiene a poco o nada de tocar todo lo que a su alrededor se cruzaba.

¡Luzu, hombre!

Bajando del aposento, el dueño de la iglesia aparece con una sonrisa y sus brazos extendiéndolos firmemente hasta llegar con aquel duo y abrazar al castaño.

—Hace tiempo que no te veo tío, ¿cómo has estado?

—De maravilla Alexby—responde tranquilamente, correspondiendo a su tierno abrazo—. Mira, te presento a Quackity, es nuevo aquí.

El bajito guarda distancia con Luzu, acercándose hacia Quackity tomando su mano y agitándola con felicidad.

—¡Un gustazo, Quackity! Espero que la estés pasando bien en nuestro pueblo, ¿qué te ha traído por estos lares?

—Es lo que queremos saber— Luzu contesta por él—. Su ala está rota, creo que los dioses lo han traído hasta aquí por alguna razón, ¿sabes algo de eso?

—Podría intentar preguntar pero no os puedo prometer que reciba una respuesta correcta—el sacerdote arregla su satina —. Debéis checar eso del ala con Fargan o Staxx, da un pelin de miedo lo fracturada que está.

—¡Ah claro! El consultorio de Fargan, no lo había pensado en absoluto—golpea su cabeza ante la obviedad —. Supongo que iremos, ¿no, Quacks?

¿Quacks?

Unos segundos de distracción han bastado para perderlo de vista cual niño pequeño en el mercadona, los rubís de Luzu se contraen ante la búsqueda del híbrido alrededor de la catedral.

Un suspiro le basta para hallarlo robándose de los cofres las reliquias del sacerdote, Quackity escarbaba con fervor buscando algo interesante que mantener de recuerdo por si su estadía resultase más corta, aunque claro, esto había desatado la molestia de Alexby por lo descarado que era el mexicano.

—¿¡Pero qué haces?! Anda macho, a tirar por saco—arrebata sus pertenencias de las manos ajenas, tomándose la molestia de revisarlas por si, de casualidad, algunas de estas se desgastaron al tacto—. Esto lleva siglos en la iglesia, no son para que juegues con ellos.

—Eres un pinche aguafiestas Alexby,  déjame decirte que los españoles se llevaron más que esto de mi país—señala Quacks el par de copas de oro y joyería que Alexby guardaba en su cofre.

—Qué pesado...—se acaricia la sien con una clara molestia—. Será mejor que lo vayas controlando Luzu, no vaya a ser que cause un desastre en el pueblo.

—¿Y yo porqué debo hacerlo? —reclama el castaño—. Ya es un adulto.

—Pero está viviendo en tu casa, ¿no?—asiente Luzu culposo—. Vale, pues ahora te haces cargo del crío.

Quackity observa con un toque de inocencia fingida al terapeuta, este suelta un dulce "ay", resignado a cargar con la catastrófica personalidad del patito.

—No te preocupes, nos iremos—sus dedos toman la seda de su manga y jala sutilmente de esta, sin embargo, Alexby los detiene con insistencia.

—Espera, Luzu—pide el sacerdote—. Todo está bien con... ya sabes, ¿lo último que pasó?

Oh. La cara de Luzu decía todo cuando Alexby había soltado ese veneno con toda la sutileza posible. Si Quackity prestara atención sobre sus expresiones faciales, divagaría en que algo extraño pasaba con tal "última" mención.

Incluso si le temblaban las manos y al pensarlo su corazón tiritaba del miedo sus sinceras palabras quedaban en su garganta cómo espinas profundas clavadas en su piel. Luzu no sabía como responder con honestidad, y si lo hacía, eso significaba que podría desmoronar su avance más duro, el olvidar.

—Si, Alexby—Luzu sonríe con tranquilidad—, todo está bien.

Absolutamente bien.

HOAAAAQuería esperarme a subirles doble actualización otra vez, pero creo que por pendientes y dibujos se lo dejaré la próxima actualización en estos días

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HOAAAA
Quería esperarme a subirles doble actualización otra vez, pero creo que por pendientes y dibujos se lo dejaré la próxima actualización en estos días.

No creí que existiría tanto apoyo y de verdad, ¡muchas gracias! Sus comentarios y votos me animan mucho a seguirlo y es realmente lindo:) Espero esta actualización haya sido de su agrado, tengan un lindo día 

Falling In Love | 𝙇𝙪𝙘𝙠𝙞𝙩𝙮Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang