Sigue a tu Corazón

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Quackity estaba mal, mas no tanto como Luzu quien ahora no sabía qué hacer con sus ideales éticos después de esa noche.

—¡¿Estáis tontísimos?!—Rubius gritaba azotando la puerta del Rockabilly, Luzu, en cambio, ya llevaba horas recostado en la barra sirviéndose malteadas de fresa -— IlloJuán es un gilipollas de primera tío, ha puesto su negocio al lado del mío.

—Calma, hombre, que aún nos tienes a mi y a Luzu para acompañarte, ¿no es así?

Palmea la espalda de quien ha mencionado, Luzu sin duda estaba disociándose muy rápido, no había dejado de pensar en porqué Quackity tuvo el instinto de besarlo entre su caos emocional, y, sin duda, fue culpa de Luzu en el corresponder.

—Menuda mierda, si Luzu está a dos pasos de morirse—dice Rubius volviendo a su lugar de trabajo, dejando una malteada sobre la mesa.

-Basta tío, que se va a intoxicar -Alexby arremete contra el albino y levanta al mayor, Luzu no había dormido lo suficiente esos días-. ¿Puedes escucharnos?

-No va a responderte, que sigue clavado con el crío ese que lo ha besado.

Sabían unas de las partes de la historia mas no el cómo ha ocurrido, Luzu siempre tenía un contrato de privacidad con sus pacientes, mas en el caso suyo solo podía contarles de primera mano que no se resistió a besarlo también.

Lo sobrepensó mucho y seguía dándole vueltas a todo, se sentía culpable, mirando su desgastado anillo de matrimonio cómo sino tuviese el descaro de portarlo.

Quackity... Quackity le hizo sentir que tocaba el cielo por unos segundos, y abruptamente bajó al infierno cuando se separó y  se dio cuenta que había roto la primera lista de sus principios.

Había sentido fuegos artificiales explotando en su estómago, ¿o eran estrellas colapsándose en una masa de sentimientos ekcontrados saciando su felicidad a labios de quien ahora llega de manera inesperada a calmar sus anhelos. Definitivamente era una mezcla extraña; Y sí, estaba seguro que eran estrellas.

—Dejadme en paz, joder...—Luzu se queja mirando con molestia a los dos —. Que quiero dormir.

—Menudo gilipollas tío, que no puedes seguir así—Alexby trata de que reaccione—. ¡Que solo fue un beso! Preocúpate si fuera un ligoteo que termina en la cama.

Rubius carraspea por el último comentario, Alexby lo observa con inocencia.

—¿Y? —Luzu se suelta —. Que le he prometido a Auron que lo esperaría, no puedo olvidar mi promesa.

—No, Luzu—Rubius interrumpe esta vez—. Tú lo prometiste pero Auron jamás te lo prometió a ti—dice sin nada de gentileza—. Tienes que soltarlo, te hace daño el no hacerlo.

Luzu... Luzu había pasado lindas memorias con Auron, las cuales no tenía idea del como superarlas porque realmente jamás entendió cómo soltarse de lo único que aún le quedaba de recuerdo.

Necesitaba al menos una señal divina de los dioses para saber qué destino tomar antes de que sea tarde, tanto Rubius como Alexby se miraron mutuamente al ver que Luzu no hacía nada para superarlo.

—Está bien, me rindo–Alexby lo suelta—. ¿Alguna otra idea?

Con el leve sonido de la radio a flote en el Rockabilly la puerta se abre inesperadamente, haciendo sonar la campanita después de mucho tiempo de no hacerlo. Rubius voltea y observa de reojo a quien osaba aparecer.

Esperaba a Vegetta, porque ya eran 3 y cuarto y aún no hacía acto de presencia, mas un robusto hombre de rastas y aspecto peculiar-totalmente hippie a pensamientos de Doblas- se acerca con un aura absolutamente blanco y sereno.

Falling In Love | 𝙇𝙪𝙘𝙠𝙞𝙩𝙮Where stories live. Discover now