Falling In Love | 𝙇𝙪𝙘𝙠𝙞𝙩𝙮

Baile de Invierno

Había aceptado ir.

Baile de invierno, una buena oportunidad de darle paso a la primavera y una excusa perfecta para arreglar sus sentimientos hacia Quackity.

Luzu termina de arreglarse, una camisa apegada al pecho de cuello largo y una chaqueta rojiza encima quedaba a complemento de sus apreciados ojos rubís. Mientras se coloca su fragancia favorita, sus ojos pasaron hasta el peculiar anillo en su dedo.

Aún tenía una cierta sensación de nostalgia con una corazonada maravillosa, un día como aquel comprometiéndose mutuamente, un beso bajo el muérdago y su alma perteneciendo a un cuerpo que jamás logró sostenerle lo suficiente para hacerle sentir esperanzas de regresar hacia él.

Era momento de soltar el anillo.

—¿Qué se supone que estás haciendo?

Su voz resuena con esa fuerza en su interior, al mirar su reflejo, se ha encontrado a su ex amado delante suyo con una apariencia nada habitual desde entonces todo logró sentirse tan fuera de lugar.

—Soltándote—Luzu responde—. No puedo mantenerte aferrado a mí, Auron, yo también necesito avanzar.

—Pero Luzu, mi niño...—el castaño trata de evadir que esa ilusión siga carcomiéndolo—. Tenemos un futuro juntos, me he pasado tío ¿pero no puedes perdonar acaso? Mira en todo lo que te has convertido sin mí.

—Me dejaste—sus ojos se cristalizaron, un dolor profundo en su pecho apareció—. Ni siquiera estoy seguro si aún sigues vivo, pero si sigo pensando otro día más en ti siento que voy a morirme por dentro.

Abrumado. Dificilmente sus dedos quisieron descender de a poco el anillo, aún su alma y corazón quería pertenecerle, pero su cerebro y la razón desistía de seguir intentándolo.

Perdió la secuencia de los días sin él, los veranos desolados y los minutos y segundos de su último beso con Auron ¿qué hubiera pasado si Quackity jamás hubiese aparecido? O lo peor del caso, ¿cómo lidiaría su propia soledad?

Luzu era fuerte, pero su corazonada le hacía tomar esos rotos hilos y tratar de repararlos con la nada, pues al otro extremo nadie lo estaba sujetando para permenecer aquí.

El amor es un arma letal; No hubiera pensado dos veces en casarse si eso le aseguraba un futuro feliz, pero incluso su futuro era tan incierto cuando tomó tal riesgo sin esperar que, al final, resultase más doloroso su partida que un simple "Hay que terminar."

—Espero que algún día vuelvas y estés orgulloso de mí.

La risa de Auron resonó en su cabeza.

—Siempre estuve orgulloso de ti, Luzu-Auron hubiera deseado decirle tanto aquello, y Luzu solo lo pensó–. Pero esperad un poco, te lo pido corazón.

—Te esperé tantos años en tu ausencia—Luzu por fin toma el coraje de quitarse el anillo—. Pero yo ya no puedo, perdóname, Auron.

Aunque nunca tuvo la oportunidad de decírselo al mismísimo Auron de frente, su manera de dejar todo atrás y continuar con su vida era un paso hacia un futuro mejor.

Uno sin aferrarse a las pocas posibilidades de volverse a encontrar.