Capítulo 2

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Actualidad.

Elle- 

Cuando era una niña me preguntaba si al salir de ese sótano seria feliz y viviría con mamá en una linda casa en otra ciudad solo nosotras dejando al mundo y el pasado atrás, pero resultó ser todo lo contrario la realidad. La realidad bueno, la mía es una total basura. Al crecer en un sótano no conocí muchas cosas de la humanidad, pero una en concreto si, y es que todos estamos envueltos en mierda, solo que unos la ocultamos mejor que otros.

Eso pensé al ver a la drogadicta Mary, una mujer de tal vez veintinueve años que vivía mendigando dinero para poder pagar sus adicciones, al verla me vi reflejada en ella y en si tal vez me vería como ella en algunos años, solo que adiferencia de ella yo no tenía que mendigar para complacer mis adicciones. Ventajas de ser sobrina de un hombre con dinero que luchaba por que me cayera bien.

Al pasar al lado de ella le di cien dólares que había ahorrado de mi mesada, ya que de cualquier forma conseguiría la droga, si no le daba yo, se prostituiria, triste, pero esa es la realidad de muchos adictos.

—Pequeña sabandija– dijo al verme, así me decía desde que la conocí. La razón aún no la sé ni me he molestado en saberlo la verdad—Ya no te he visto en la roca— la roca era un lugar donde varios drogadictos se juntan a ingerir o a vender. Iba de vez en cuando pero por la postulación de Roger me he tenido que limitar por la imagen de la familia perfecta que debíamos demostrar que éramos.

—Muchas cosas que hacer —dije y me alejé, por la imagen de mi tía no podía permitir que me vieran hablando con una "drogadicta" como la gente le suele decir, y bueno si lo es, pero la mujer tiene un nombre y en este pueblo todos saben los nombres de todos.

Luego de caminar un rato llegué a mi destino la tienda de discos uno de los pocos lugares a los que me gustaba ir y por las pocas razones de las que salía de casa. Me gusta la música, es que es algo tan irreal y de las pocas cosas que disfrute junto a mamá. Sentirla fluir por todo tu cuerpo, oh ir por la calle y descubrir una nueva y que se vuelva tu favorita. Camine por todas las filas de discos pasando las yemas de mis dedos por estos, había poca gente hoy por el festival. Todos estaban ocupados con la preparación. Iba con mis auriculares tarareando y viendo los discos cuando por accidente mi cuerpo choca con el pecho de alguien, era un chico bastante alto. Levanté mi cabeza y el me vió bastante serio, era atractivo: cabello castaño casi parecía negro. Y lo hubiese imaginado si no fuera por la luz que refleja lo castaño de este, su nariz era bastante proporcionada para su rostro, su mandíbula estaba bastante marcada pareciera que estuviese apretando los dientes para que se viera así, pero no, y sus ojos grises que me veían molestos.

—Fijate por donde vas—dijo con su voz rasposa, se alejo de mi pasando por mi lado topando mi brazo

¿Y este imbecil que?

Luego de salir de mi trance me giré y lo vi arreglando un par de vinilos a unos cuantos metros de mi. llevaba en uniforme de la tienda, así que era un empleado, debía ser nuevo por que nunca lo había visto por acá, ni siquiera en la secundaria se veía de mi edad asi que supongo que debería ir a la escuela. Camine hacia el, mi subconsciente me gritaba «No lo hagas, aléjate» pero como nunca le hago caso seguí camino hacia el chico de ojos grises.

—Oye, tú— llame su atención, el giro su cara para verme soltó un bufido de fastidio y regresó a lo suyo

«¿Me acaba de ignorar? no, no lo hizo» además de eso me vió con fastidio. Enojada me acerqué a el, tomé su hombro y lo giré para que me viera—Dios, Elle vete de ahí como tú dignidad intacta por favor— me gritaba mi lado racional

— Mira, no sé que te crees, pero eres un empleado aquí y como sabes soy un cliente y debes atenderme ¿o acaso quieres que hable con tu jefe?— dije viéndolo a los ojos.

Aprendiendo a vivir Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt