Capitulo 11

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Chase

Siento las correa marcando mi piel seguramente abriéndola. Veo a mi progenitor lanzar cada azote en mi espalda mientras predica con mi madre frente mío en silencio intentando no quebrarse.

Aun recuerdo mi infancia, cada domingo en la iglesia cada día de la semana orando pidiéndole a Dios por los necesitados, pero ahora yo soy el nesecitado y nadie reza por mi. Mis lagrimas caen por el dolor de cada azote. Quien imaginaria que por el simple hecho de sentir estaría recibiendo un castigo.

Crecí en una familia altamente religiosa donde ser gay era uno de los mayores pecados. Hace unas semanas mi padre me a encontrado besándome con un chico del cual me enamore, él y yo desde ya hace unos días habíamos terminado, él no soportaba hacer todo a escondidas de los demás, pero yo solo le podía ofrecer eso.

Él ya había salido del "clóset" al contrario de mi, tal vez por eso le fue muy díficil estar conmigo escondiéndose, si de por sí ya es difícil estando afuera tratando de ser quién eres y tener que estar con una persona que le aterraba la idea de que sus padres o las personas supieran.

- Reza para que Dios perdone tu pecado- dice mi padre abrochandoce el cinturón en su cintura de nuevo - quiero a mi hijo en el reino de los cielos conmigo

Intento pararme con debilidad ya que mi espalda duele de una manera tortuosa. Levanto mi rostro y lo veo con una pequeña sonrisa .

- El reino de los cielos es para descansar y estar en paz... pero si tu estas ahí prefiero ir al infierno - digo y recibo un puñetazo como respuesta en mi mejilla haciéndome voltear nu rostro con el impacto

-¡Arodillate y pide perdón!- me dice y no quiero, no quiero hacerlo

Esto no es Dios, Dios no es dolor, Dios es liberación y paz, nunca esto..

Cedo, ya no quiero más, y si esto lo retendrá lo haré, me arrodillo y pido perdón al rey de los cielos, rogando para que me haga cambiar, quiero cambiar no quiero esto, esto solo me lastima, lo que soy me lástima.

Él se va con mama, ella no dice nada ya que se crió en una familia donde el hombre tenía la última palabra siempre - «que estupidez»- voy hacia mi baño y veo mi espalda totalmente marcada, pasadas las horas mis padres se van a dormir.

- Por favor - pido - has que esto acabe...

Me cubro con algo ya con las heridas desinfectadas. Salgo por la ventana de mi habitación, no puedo soportar estar estar en ese lugar. Comienzo a caminar por el pueblo, el lugar es algo viejo pero con toques modernos. Camino por las calles que tienen algunas personas aun caminando. Tengo hambre ya que por castigo mis padres no me dan de comer dos veces en el día, ni me dan dinero, pero lo que ellos no saben es que tengo ahorros desde que tengo dies años. Después de caminar por un rato llego a la cafetería, entro y veo el lugar con poca gente, miro hacia el fondo y ahí está la extraña de Elle Richard, ella tiene un libro en su mano y en la otra una hamburguesa

Ella parece tan extraña, nos mira a todos como si fuéramos una total molestia nuestra existencia, a la única que parece soportar y no ver con aburrimiento es a Maggie Estevens.

Pido mi comida y camino hacia la mesa de Elle. Me siento y ella despega un momento su vista para verme, me ve y vuelve a su lectura.

-¿Que quieres, chase? - pregunta con tono de aburrimiento - ¿Me besaras otra vez? - pregunta - por que si lo hacer. Juro que te arrojare este libro en el rostro.

- No lo haré - digo y veo hacia el ventanal que deja ver las calles del pueblo iluminado

-Bien, ahora ¿Dime qué quieres?

Aprendiendo a vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora