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  Había transcurrido un mes desde aquel primer día de Lucas viviendo en su nuevo departamento en la ciudad. Un mes viviendo nuevas experiencias y disfrutando todo lo posible mientras pudiera, ya que en el mes de marzo comenzarían las clases en la universidad. Durante ese tiempo conocio distintos museos, lugares bailables, de comida, de arte, entre otras cosas que Martin lo acompaño a hacer para pasar más tiempo juntos y conociendo la ciudad. Mediante esas salidas conocieron distintas personas pero con las que hablaban y se cruzaban muy pocas veces por lo que no eran tan significantes, pero ellos dos en ese tiempo se hicieron muy unidos. 

  Las clases habían comenzado y por lo tanto Lucas y Martin se encontraban sentados juntos escuchando la clase atentamente mientras tomaban algunas notas. No era nuevo que Martin no prestara demasiada atención y sus notas fueran bastante vagas, por no decir inexistentes; mientras que Lucas, por otro lado, prestaba demasiada atención y tomaba notas de todas las cosas importantes en las que el docente enfatizaba. 

  El pelinegro de rulos en varias ocasiones le propuso al menor irse de clases pero este se nego, así que simplemente se encontraba sentado esperando a que terminara la clase mientras veía como el menor tomaba notas atento. Era algo tierno de ver para el.

  Cuando las dos horas pasaron ambos guardaron sus utiles y tomaron rumbo a la salida del salón para salir del curso, pero un chico hizo que ambos frenaran.

  -Disculpa, ¿Lucas?-. Interrumpió un chico de pelo marrón al igual que sus ojos, alto con una contextura bastante trabajada, con una vestimenta deportiva y con una perforación del lado izquierdo en su labio inferior. -He oído tus aportes en la clase y quería saber si podríamos intercambiar apuntes-.

  Lucas sonrió mientras asentía con la cabeza. -Claro que si-. Mientras estos intercambiaban números Martin miraba la escena en silencio, algo molesto por dentro sin saber porque. Luego de despedirse ambos amigos caminaron por la universidad hasta salir de esta, hablando de algunas cosas, pero con algo diferente ya que Martin no estaba igual de interesado como siempre, estaba distante con el menor.

  "¿Por qué Lucas necesitaba a alguien más para un grupo de estudio? ¿Acaso no le era suficiente estar conmigo qué aceptaba la ayuda de otras personas? Y ese chico, ¿por qué estaba tan interesado en los apuntes del menor?" Esas cuestiones rondaban por la cabeza del mayor mientras caminaban.

  -¿Estás bien?-. Interrumpió Lucas los pensamientos de Martin al frenarse en la calle viendo como Martin no le prestaba atención.

  -¿Nos vemos luego? Olvide que debía entrar temprano al trabajo-. Luego de darle un beso en la mejilla al pelinegro Martin se alejo caminando rápido, dejando a Lucas confundido por su actitud mirando como este se iba.


  MARTIN

  Algo extraño estaba sucediendo en su interior, y sabía que algo estaba pasando, pero no podía entender qué. Ya era la tercera vez que dentro suyo se sentía molesto por ver a Lucas hablando con otras personas, y aunque entendía lo sociable y magnetico que este era, le molestaba en cierto grado. No por Lucas, sino por las personas que se le acercaban.

  Le había mentido. No debía entrar temprano al trabajo, pero aún así no quería estar cerca de Lucas sintiendose así, por lo tanto preferia alejarse.

  Tomó su telefono celular y llamó a quien siempre recurría cuando tenía problemas en su cabeza. Necesitaba desquitarse y dejar de pensar un momento. -Iara, ¿podemos vernos?-. Espero unos segundos y al oir que si, se dirigió rápidamente al domicilio de su ex novia.

  No tardo mucho en entrar en acción con Iara. Hablaron unos minutos y luego del primer porro que fumaron ya comenzaron a besarse salvajemente. Y en cuanto el calor comenzo a subir, se quitaron la ropa. 

Te observo, y te amoWhere stories live. Discover now