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  Martin y Lucas con el tiempo se hicieron más confidentes con el otro, eran abiertos en cuanto a sus sentimientos y preocupaciones, a sus ideales y emociones. Se podía decir que estaban en el mejor momento de su relación hasta ahora ya que las etapas que estaban viviendo eran emocionantes. Martin conoció a los padres del menor en una cena benefica que estos dieron en el pueblo natal de Lucas. Fue una velada increible para ambos y llegaron tan contentos que Martin por un momento sugirió la idea del matrimonio, pero la termino minimizando al sentir que estaba acelerando las cosas.

  Lucas por otro lado estaba mejor que nunca, su relación iba genial, en la universidad había aprobado tres materias cuatrimestrales, el trabajo era un éxito junto con quien amaba, y estaba buscando ampliarse mucho más.


  Corría noviembre, casi terminando el año, y Lucas ya estaba organizando que hacer para su cumpleaños en diciembre aunque faltara un mes. Los días de calor ya habían comenzado y saliendo del gimnasio caminaba viendo locales para salir a cenar en su cercano cumpleaños.

  -¿Lucas?-. Preguntó una voz femenina mientras el menor miraba atuendos en una vidriera de la avenida en la ciudad, por más que faltara tiempo ya quería tener en su ropero la vestimenta que usaría en su cena de cumpleaños.

  Al voltear se encontro con Iara, la chica que hace mucho tiempo habían cruzado con Martin. -Iara, ¿cómo estas?-. Pregunto mirandola a la cara con una sonrisa, llevandose una sorpresa al bajar y ver que manejaba un cochecito con un bebe dentro. -Dios mio, que lindo, ¿y este bebe?-. Interrogó con una sonrisa acercandose al bebe con mucha alegria.

  -Es Manuel, el angel que llego a mi vida por sorpresa-. Contesto Iara con una sonrisa, sorprendiendo aún más al menor. Este por ninguna razón noto que ella estaba embarazada cuando la vio por primera vez. -¿Cómo esta Martin?-. Cambio la expresión y Lucas se incorporó parandose frente a ella.

  -Bien, esta en casa...-. No sabia que más decir, ni cuanto decir. Sabia que eran amigos pero nunca entraron en detalles sobre la amistad de ellos dos. -Justo iba camino a casa y frene a ver algunas vidrieras...-.

  -Que bueno... podrías decirle que conteste mis llamadas... hay una sorpresa que espero le alegre saber...-. 

  -Por supuesto, le dire en cuanto llegue a casa-. Y sin más luego de una despedida ambos caminaron en direcciones contrarias, y mientras el menor veia vidrieras se olvido por completo de Iara, sin sospechar de algo extraño ni nada por el estilo. Pero al llegar y luego de saludar a Martin le comento la situación. -Por cierto... me he cruzado con tu amiga Iara hoy en la avenida, aunque suene raro tiene un bebe... no pude creerlo al verlo pero luego me lo confirmo-. La expresión en ese momento cambio en el rostro del mayor. -Pero también me dijo que le contestaras las llamadas, dijo algo de una sorpresa-. En ese momento todo se volvio silencio para Martin. En su mente solo rondaba el panico ya que ellos todas las veces que tuvieron sexo nunca se cuidaron, y aunque el mayor fuera precabido por fin había entendido a que se refirio Iara con su despedida la vez que se cruzaron en la calle. -Ire a bañarme-. Le sonrió el menor acercandose a darle un beso en los labios para luego caminar escaleras arriba.

  En cuestión de segundos el mayor tomo su celular y marco a Iara esperando que contestara, y al hacerlo se apresuro a hablar camino al balcón. -Iara... ¿como estas?-. Pregunto una vez fuera, cerrando la puerta del balcón.

  -Hasta que al fin contestas... ¿tiene que darte permiso tu novio para que me hables?-. Combatio ella con mal tono. 

  -No somos novios...-. Afirmo Martin con voz baja. 

  -Como sea...-. Respondio sin más. -Tuve al bebe... no se si has oido los mensajes que te deje en el buzon pero es así, lo tuve, y las fechas concuerdan contigo ya que con German habia terminado para ese entonces. 

  Oir eso fue como un balde de agua fria cayendo encima del mayor. -Por favor dime que es mentira-. Solamente rió Iara al oir eso haciendo enfurecer a Martin. -¡¿De que te ries?!-.

  -Eres un imbecil, Martin, siempre lo supe...-. Otro golpe de parte de Iara a Martin. -Aún así sé que este niño es tuyo, y si no te quieres hacer cargo esta bien, pero me enviaras el dinero suficiente para poder mantener a este niño-.

  -¿De qué hablas? ¿Cómo se yo que ese niño es mio? ¡Estas loca!-. 

  Nuevamente una risa de parte de ella. -¿Loca por que? No te enteras hasta ahora porque decidiste no atender mis llamadas ni escuchar mis mensajes, empezaste con ese niño y crees que has cambiado algo pero sigues siendo el mismo desastre que has sido desde que te conoci-. Para ese entonces a Martin le temblaba el cuerpo y sentía una explocion de emociones, entre el llanto y el enojo. -Si quieres fingir que entraste en la vida de elite solamente por estar con Lucas y vivir en un cuento de fantasias hazlo, no me interesa, pero a este niño me ayudaras a mantenerlo economicamente-. Por un momento hubo silencio hasta que Iara volvió a hablar. -Te enviare mis datos bancarios, y por favor, no me obligues a buscar un abogado. Adios amor-.

  La llamada la finalizo Iara dejando a Martin mudo. Con el corazón latiendole a mil y su cuerpo temblando sin parar. ¿Qué demonios haria de ahora en adelante? Por el momento, dio una respiración profunda como Lucas le había enseñado y luego entro camino a la cocina. Tomo una copa de vino para llenarla y se encerro en la habitación del piso inferior, a la cual no entraba hace bastante.

  Contemplo en silencio el lugar, sintiendo como poco a poco todo se iba haciendo más asfixiante para él.


  Esas dos últimas semanas de noviembre fueron complicadas para la relación. Martin estaba todo el tiempo metido en su mente y en silencio, por momentos se quedaba perdido mirando un punto fijo, y eso poco a poco hizo que la relación con Lucas se dificultara. 

  El menor intentaba hablar con él, ya que durante las duchas lo oia llorar, o por el hecho de que el sexo ya no estaba presente en la relación. También en el trabajo había perdido la emoción que sentía, al igual que con la universidad. Aún así Lucas todo el tiempo le dejaba presente que podía hablar con el si lo necesitaba, que por favor confiara en él. Y aunque al hablarlo con sus amigos de la universidad a Lucas le decían que se separara, este no podía ni quería hacerlo. Amaba a Martin, sabia que sea lo que le estuviera sucediendo podrían superarlo y volver a ser esa pareja enamorada que eran.

  Lo único que anhelo Lucas esas semanas dificiles era que Martin pudiera volver a ser quien era, y de no hacerlo que por lo menos pudiera sincerarse y hablar con el menor sobre lo que estaba sucediendo; pero por ese entonces... ese no pasaba, causando un enorme dolor en el más joven, quien también aprovechaba para llorar por la situación en la ducha y en terapia los miercoles.

   

  

  

Te observo, y te amoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt