14

9 2 0
                                    


  La primer parte del año universitario había terminado, y Lucas junto a sus compañeros de estudio lograron aprobar todas las materias de esta mitad de año, por lo cual todos estaban celebrando bebiendo unas cuantas botellas del mejor vino blanco, acompañados de buena música y comida.

Todos bailaban al compás de la música, con una copa de vino en la mano y variedad de comida en la mesa ratona del living del menor.

-Quiero proponer un brindis-. Llamo la atención de todos Nicolás bajando un poco el volumen de la música. –Un brindis por el grupo que han creado y en el que me siento bienvenido...- Levanto la copa con una sonrisa mientras todos seguían su acción con una sonrisa en sus rostros. –Un brindis por el hermoso grupo que somos... y por obviamente seguir aprobando materias juntos-. Rió al final y todos brindaron para continuar con la música.

Al menos estuvieron un tiempo más así, divirtiéndose y disfrutando la compañía mutua hasta que sonó el timbre, y extrañado el menor se dirigió a la puerta.

Con sorpresa, abrió, encontrándose a Martin allí parado. -¿Qué haces aquí...?-. Preguntó algo nervioso, mirando hacia atrás esperando que ninguno de sus compañeros se acercara. –Es... muy tarde-.

-Lucas... necesito hablar contigo... yo... creo que estas en peligro-. Susurro Martin acercándose cada vez más, hasta estar demasiado cerca del menor, sintiendo sus alientos uno sobre el otro. -¿Puedo pasar?-.

-Yo...-. Empezó el menor a intentar hablar pero ninguna mentira se le ocurrió teniendo a Martin tan cerca.

-Lu, ¿está todo bien?-. Pregunto Nicolás desde el interior de la casa, llamando la atención de ambos adolescentes y provocando que Lucas se alejara de Martin rápidamente.

Martin en ese momento comprendió que le menor estaba acompañado, y viendo al chico allí bien se dio cuenta que era aquel chico con el que lo había visto hace tiempo en la ciudad. En su cabeza, Lucas ya había pasado página.

-Si...-. Susurro el menor dándole una sonrisa, logrando que el rubio asintiera y volviera con los demás.

-¿Es tu... novio?-. Interrogó Martin con una expresión algo triste.

Lucas alzó las cejas con sorpresa y procedió a negar con la cabeza. –Hemos aprobado las materias en la universidad... estamos aquí celebrando algunos amigos...-. Confesó el menor. –Pasa... podemos hablar en la oficina...-. Y se hizo a un lado para dejar pasar al pelinegro al interior del hogar, quien resulto sorprendido por todos los cambios que había desde que se fue. Era como si el menor hubiera intentado borrar todo rastro de lo que ellos tuvieron allí.

Tras ingresar Martin siguió a Lucas al interior de la casa, para llegar al living y allí saludarse entre él y los amigos del menor, entre ellos Franco. Luego Lucas se disculpó con sus invitados e invito a Martin a pasar a la oficina para tomar asientos separados por una mesa ratona entre medio.

-¿Qué sucede?-. Soltó nervioso el menor luego de varios minutos de silencio. -¿Qué te trajo aquí a esta hora?-.

Martin jugaba con sus dedos mientras pensaba por donde comenzar, hasta que levanto la mirada hacia el menor. –Sonará extraño tal vez lo que voy a decir... es algo que ha estado en mi cabeza durante días... y... y yo quería consultarlo contigo primero...-. Lucas solamente asintió con una mirada extraña al no entender que sucedía. -¿Quién es Federico Janer?-. Soltó sin más, viendo al menor levantar un poco su rostro con una expresión seria en su mirada.

Lucas se puso de pie y camino hacia el escritorio, apoyándose sobre el aún con su mirada fija en los ojos del mayor. -¿A qué viene la pregunta, Martin?-. Preguntó con un tono demasiado serio para ser el menor.

-Es que... no lo sé... he visto un cartel en un portal de noticias... y... y leí tu nombre también en él-. Mintió.

Un suspiro con estilo chistoso soltó el menor por su nariz, como si lo que acababa de escuchar fuera gracioso. –No eres un buen mentiroso... ¿Dónde has oído de Federico Janer?-.

Martin estaba completamente sorprendido. Las reacciones que el menor estaba teniendo, tan serias, frías y calculadoras, mostraban una faceta que el mayor nunca había visto. Parecía como si estuviera hablando con otra persona a quien no conocía, y eso asustaba un poco a Martin, que esperaba una reacción totalmente distinta.

-Te he buscado por internet... este tiempo...-. Mintió nuevamente agachando la mirada. –Quería saber que estabas haciendo... tanto por redes sociales como en distintos portales... y he encontrado un sitio casi oculto que te nombraba a ti junto a la desaparición de un chico llamado Federico Janer... quien era tu novio en ese entonces...-.

El menor dudo, él también varias noches había revisado las redes sociales de Martin en busca de novedades, por lo que no le parecía algo tan fuera de lugar. Pero de todos modos notaba algo de mentira en aquella "confesión".

-Ahí tienes tu respuesta... fue mi primer novio... ¿si lo has leído en internet cuál es la duda que te trajo hasta aquí?-. Nuevamente aquel tono de voz.

Por primera vez era el menor quien ponía nervioso a Martin y no al revés. Estaba siendo tan autoritario con su voz y tan serio que daba a entender que no quería que algo se supiera, y eso hacía que la cabeza del mayor entrara en más dudas.

-¿Qué paso?-. Pregunto, mirando nuevamente al menor pero sin recibir respuesta ni reacción alguna. -¿Acaso... tú...?-.

Martin intentaba tener cuidado con las preguntas que formulaban, y eso llevaba a que se tomara su tiempo e impacientara al menor. –Cuidado...-. Soltó el menor, formando una sonrisa extraña en su rostro. –Esta conversación ha terminado... no tengo más que decir que la investigación fue inconclusa y no dio resultados...-. Camino hasta estar cerca del mayor. –Todos han dejado atrás a Federico... es mejor que no lo traigas de nuevo...-. Afirmo con total dureza rozando lo que parecía ser una amenaza, para luego caminar hacia la puerta, abrirla y salir tras ella, sin esperar al mayor ni despedirse.

Al llegar al living le sonrió a todos sus invitados y se disculpó diciendo que necesitaba subir a su cuarto en busca de un medicamento, lo cual era mentira, pero necesitaba recomponerse. Por lo que al cerrar la puerta de su cuarto se apoyó en esta hasta dar contra el suelo y soltar todo el aire contenido en sus pulmones. Unas cuantas lágrimas salieron por sus ojos, directo a caer por sus mejillas, pero el menor no se apresuró en eliminar el rastro, simplemente dejo que salieran soltando un gran suspiro y quebrándose a llorar.

Unos cuantos minutos luego la puerta fue golpeada suavemente, por lo que rápidamente Lucas se puso de pie e intento limpiar su rostro. Y al abrir la puerta allí estaba Nicolás con su mejor sonrisa, la cual se borró de su rostro al ver la expresión del menor.

-¿Está todo bien?-. Preguntó con un tono y una expresión de preocupación.

Lucas solamente hizo lo que mejor sabía hacer: aparentar. Sonrió y asintió, le pidió a Nicolás que lo esperará abajo para limpiar su rostro y luego bajar, y así fue. Todos interrogaban al menor para saber que había sucedido, debido a que ya estaban al tanto de su relación con Martin, pero este solamente mintió diciendo que estaba allí para hablar sobre unos papeles que había perdido y consultar si estaban en el departamento. Todos dejaron el tema ahí y continuaron con la música y la celebración, pero Nicolás no estaba tranquilo, intuía que el menor estaba mintiendo y quería saber que estaba ocurriendo.

Te observo, y te amoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें