Irremediablemente Tú y Yo

ESPECIAL HALLOWEEN

2 años antes.

31 de octubre de 2016.

ADRIEN

La noche de Halloween era una noche especial para todos. Para nosotros, era una especie de fiesta que se alargaba desde el 30 de octubre hasta el 2 de noviembre. Más que una festividad, era una especie de mini vacaciones que nos tomábamos. ¿La razón? Fácil, el cumpleaños de los mellizos Morgenstern era el pretexto perfecto para salir y emborracharse hasta perder la conciencia. Pero este año, si me lo preguntan, fue un poco exagerado.

Nuestro plan era pasar un fin de semana en una de las tantas propiedades de nuestro padre, pero claramente eso no fue posible porque mi hermana hace dos días llegó a la residencia que comparto con mi mejor amigo, con maletas y la grandiosa noticia de que nos íbamos a Florida. Ni siquiera tuve tiempo de replicar porque Matt ya bajaba los escaleras con sus cosas y avisando que Justin y Chris ya estaban en el aeropuerto, esperándonos.

Así que el día de ayer la pasamos en uno de esos clubes nocturnos, propiedad del padre de Matt, y en las mejores habitaciones del hotel, también cortesía del castaño.

Pero hoy, pese a la resaca que teníamos, estábamos aterrizando en la calurosa ciudad de Dallas.

Siempre he sido partidario del calor, me gusta sentir los rayos del sol impregnándose en mi piel, sin embargo, en esta ocasión lo detestaba. Apenas y podía mantener los ojos abiertos sin que me doliera la cabeza por la luz del día.

—¡No puedo creer esto! —Aúlla Chris—. Texas, baby.

Justin niega, con la diversión bailando en su rostro y Matt sonríe complacido.

—Espera a que vayamos a las Vegas —mi amigo castaño habla.

—Será una gran noche —mi hermana lidera el grupo y pareciera que es una maldita reina mientras los demás cargamos nuestras cosas y las de ella—. Rossé llegará más tarde, nos encontrará en club.

—¿Tienes todo planeado, cierto? —Matt le dice.

—Por supuesto, nada puede salir mal.

Y tiene razón. A veces me pregunto si las mujeres tienen ese don para organizar y mantener todo en orden, porque pareciera que todas lo poseen. Mi hermana es el claro ejemplo. Organizó los viajes, hospedajes e incluso una fiesta en un Estado ajeno al nuestro.

—Tengo contactos, hermanito. Todos aman a los Morgenstern, todos hacen lo que decimos y hoy solo seremos unos Universitarios festejando Noche de Brujas. Tranquilízate.

Fue la respuesta que me dio cuando pregunté cómo pudo organizar todo esto.

Así están las cosas, si queremos, podemos. Y mi hermana aprovecha cualquier oportunidad para hacerse notar.

La risa de Camille me recibe apenas pongo un pie dentro de su habitación.

—Dime que el tinte es real.

—No, estúpida —le contesto.

—Que lastima, el verde te queda genial —sigue riéndose.

—Como sea. Nosotros ya nos vamos, si quieres tardarte más puedes irte después.

—Yo no tengo la culpa de que ustedes sean unos básicos y quieran pasar desapercibidos, pero yo, voy a hacerme notar.

Y vaya que lo hará.

—¿Y se supone que eres...? —la pincho solo para molestar, y el ceño fruncido en su rostro me confirma que lo he hecho.

—Cleo de Nile, imbécil.