20. I think he knows.

43.1K 3.8K 2.4K
                                    

"I think he knows when we get all alone
I'll make myself at home and he'll want me to stay"

—Taylor Swift (2019) Lover.

BROOK

Despertar con el brazo de Adrien alrededor de mi cintura y con sus piernas entre las mías no se sentía correcto, pero se sentía tan bien, si tengo permitido decirlo.

El calor que desprendía era justo por lo que, supongo yo, terminé así. ¿Su olor? Era embriagante.

Mi nariz estaba pegada a su pecho y llevaba minutos drogándome con su aroma. Ni siquiera es que oliera a esa colonia amaderada y cítrica que generalmente usaba, no, ésta vez era su olor. El olor de Adrien sin alteraciones, y podría quedarme así horas e incluso semanas.

«Su olor te está quemando las neuronas, chica»

Cállate, mente.

Remuevo mi nariz sobre su piel y sonrío contra la misma.

Un suspiro me hace detener mi movimiento y me quedo congelada por unos segundos.

—Por más que me guste que hagas eso, justo ahora no ayudas —murmura casi tan bajo que por un momento pienso que es mi imaginación.

—¿Mmm? —intento fingir que recién despierto.

No responde de inmediato, tal vez se ha quedado dormido. Aun así, tomo mis precauciones y evito con todas mis fuerzas hacer un movimiento que lo pueda despertar de nuevo.

—Olvídalo, sigue haciendo eso —gruñe, moviéndose de manera en que mi cuerpo queda aún más cerca del suyo, como si eso todavía fuera posible.

Refuerza su agarre y me aprieta contra él, tan fuerte que casi termino sobre su cuerpo. Tanto que puedo sentirlo todo. Y cuando digo todo, es todo.

Ahogo un grito cuando siento el pequeño bulto presionando en mi muslo izquierdo.

¡Santa virgen de la papaya!

No grites, no grites, no grites.

—A-adrien —murmuro, un poco desconcertada cuando veo que no tiene intención de moverse.

Su risa ronca me hace vibrar y por más que la sensación me guste, eso no evita que me remueva para alejarme.

—Estás empeorando todo —rezonga, sin aflojar su agarre.

—Entonces déjame ir —refunfuño, colocando mis puños sobre su pecho para ejercer fuerza y pueda dejarme libre. Lo hace, me suelta, haciendo que caiga de espaldas a su lado.

—No sé qué haya pasado allá abajo, pero que durmamos juntos no quiere decir que...

Su carcajada brota en un sonido gutural que pareciera que resuena en cada rincón de mi diminuta habitación.

—Eso de haya abajo —enfatiza burlescamente—. Es una erección matutina. Y tranquila, no es por ti.

Giro los ojos.

—Sé que no es por mí, pero es incómodo sentirlo, y no hacías más que restregarlo sobre mi pierna.

—Lo lamento, pero me encanta sentirte. Eres tan...

Espero a que termine su oración y cuando no lo hace me volteo hacia él, colocando mi codo en la cama y mi cabeza sobre la palma de mi mano. Sonrío.

—¿Tan qué?

Espero, ansiosa por alguna razón.

—Cálida —termina.

Ruedo los ojos y le doy un golpe en el pecho.

Irremediablemente Tú y YoWhere stories live. Discover now