Irremediablemente Tú y Yo

2. Gorgeous.

"Ocean blue eyes looking in mine, I feel like I might sink and drown and die..."

—Taylor Swift (2017). Reputation.

ADRIEN

2 semanas antes...

Nunca me ha importado lo que digan a mis espaldas, la gente siempre habla y hablar de la vida de otros demuestra lo poco interesante que es la suya, así que dejo que hablen y que digan lo que tengan que decir, no me afecta en absoluto. Sin embargo, la rubia a mi lado es el mayor error por el que yo mismo suelo juzgarme constantemente. Observo su espalda desnuda y sin poder evitarlo paso mis dedos por su columna, provocando una pequeña risa que representa la señal para irme.

Me levanto, haciendo a un lado las delgadas sábanas.

—¿Te vas? —se remueve y pregunta con voz soñolienta, como si no me conociera.

—Me he quedado más de lo que debería —camino directo al baño antes de que comience a quejarse.

Esta vez la ducha es rápida, no me permito relajarme, ni mucho menos disfrutarla. Cuando termino me visto con pantalones deportivos y salgo del cuarto de baño con el torso desnudo, secando mi cabello con una toalla.

—Sigues aquí —le digo a la rubia que se encuentra sentada en la cama, con solo una sábana cubriendo su cuerpo.

Le doy la espalda, pero el disgusto se apodera de mi ser cuando mis ojos chocan con mi reflejo en el espejo. Lanzo la toalla al sillón tántrico y comienzo a inspeccionar las marcas rojas que cubren mi torso.

—¡Maldita sea! —gruño y me giro en su dirección—- ¿Cuántas veces te he dicho que odio que hagas eso?

—Anoche no oí que te quejaras —canturrea.

—Anoche íbamos demasiado pedos que ni me acuerdo de nada.

—Entonces tampoco es mi culpa, deja de hacerte la victima —aprieto mis manos en puños, porque tiene razón.

—No lo vuelvas a hacer —me limito a decirle y comienzo despeinar mi cabello, un lujo que solo yo puedo permitírmelo.

—Adrien —pide con esa voz tan dulce que posee y que me devuelve a cuatro años antes, cuando tenerla a ella era todo lo que quería—. No quiero que te alejes de mí, mandemos todo a la mierda, amor. Vayámonos lejos, a donde quieras, tú y yo, como cuando...

¿Nos amábamos?

—No iremos a ningún lado —la interrumpo soltando un suspiro sarcástico—. Todo se quedará justo como está, y escúchame bien, mientras mas lejos estemos el uno del otro, mejor.

—Eres un cobarde —se mantiene serena y eso provoca que todas las alarmas se activen, pues ella no suele ser una persona tranquila, pero puedo controlarlo, entre demonios nos entendemos.

—Y tú una ingenua. Creí que eras mas madura, pero veo que no —es hora de terminar con esto, no puedo seguir haciéndolo, no quiero y no lo necesito, no de ella—. Ya no más ¿Lo oyes?

—Deja de decir cosas que no vas a cumplir, Adrien —la burla en su voz es evidente.

Hablar con ella es un caso perdido por lo que decido ignorarla y comenzar a meter mi ropa sucia en la mochila de deporte con la que llegué.

—Adrien —su voz sale acompañada de un jadeo, cuando comprende que esta vez lo digo enserio.

—Entiende que ya no más.