f o u r.

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Al día siguiente ya es día de las clases normales, basta de presentaciones o cursos para las ingresantes, el cual hubiera deseado que siguiera por varias razones ya que no quiero entrar a la clase de héroes

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Al día siguiente ya es día de las clases normales, basta de presentaciones o cursos para las ingresantes, el cual hubiera deseado que siguiera por varias razones ya que no quiero entrar a la clase de héroes. Estoy dando vueltas por la escuela vacía mientras todos están en clases, y un poco de paranoia de mi parte para que no me descubran.

Paso por el aula en donde están mis amigos, específicamente la de asistentes, y los noto allí concentrados escuchando al profesor que lleva alguna clase de traje de súper héroe. Los chicos están concentrados, pero en cuanto me ven saludan con la mano de una manera discreta, les dedico una pequeña sonrisa les devuelvo el saludo de la misma manera.

De la nada, lo que parece ser una explosión lo que además causa un apagón de luz, se hace presente en la zona en donde estamos, me agacho por inercia tapando mi cabeza con mi bolso, miro a mi costado, un profesor con un gran cerebro y lo que parece ser una bata blanca, se acerca con una linterna en su mano. Baja la mirada para verme con atención y me levanto con rapidez sonriendo un poco.

—Así que aquí estás niña, debes entrar a clases, ahora. — El profesor Medulla, porque si lo conozco, hace una seña con la mano para que vaya al salón.

Todo gracias a una explosión, que irónico.

Arrastro mis pies por el suelo de mala gana acomodando mi bolso sobre mi hombro en busca del aula en el que debería de haber estado hace unos diez minutos. Miro a través de la ventana en donde están los alumnos o más bien los que serían mis compañeros hasta que me gradué, la simple idea de compartir con esta gente estirada me da escalofríos y no del bueno.

Pero tomo un poco de aire para abrir esta, y lo que más odio es que cuando alguien entra, toda la atención va hacia esa persona y esta vez no es la excepción, porque todos los ojos cayeron en mí. Busco con la mirada ignorando a todos, en busca de un asiento vacío, que al notarlo es justo al lado del tal Warren, del que todos hablan. Camino en total seriedad para sentarme a su lado sin decir nada dejando caer mi bolso en el suelo tomando mi celular de mi bolsillo trasero.

Cuando creí que todo estaba perfecto, una chica en traje de porrista se me acerca.

— ¡Hola!— Dice animadamente aunque a fin de cuentas, no me fío. — Me llamo Penny, capitana de porristas y la única por así decirlo. — Habla como si realmente me interesara algo de lo que está diciendo, pero ella continúa. — ¿Y tú?

—Soy Tara... Hastings. — Dudo en decir mi apellido porque todos por alguna razón siempre reaccionan sorprendidos u otras cosas.

El lugar se quedó en silencio mirándome con atención, para los segundos comenzar a cuchichear entre ellos como si no supiera que se trata de mí, ruedo los ojos con frustración porque nadie aquí parece decirme que sucede y todo el mundo parece conocer mi apellido, ¿Pero de qué?

— ¡Eres una Hastings! Eso es interesante, tu familia ha dado mucho de qué hablar aquí. — Una chica desconocida para mí, creo que es la que nos dio el tour de recién llegados pero es que no le presté nada de atención, se me acerca y elevo ambas cejas. — Perdón, muy mal de mi parte, soy Gwen Grayson, presidenta del cuerpo estudiantil.

DON'T RUN AWAY ❪ warren peace. ❫ ✔Where stories live. Discover now