-.Capítulo 8.-

508 76 15
                                    

**Escuchen la canción primero**

Toc, toc, toc

Joder

—Zhannie, hijo, ¿Estás dormido?— preguntó la señora Wang

Al escuchar el toque de la puerta, Xiao Zhan pasó de estar a horcajadas sobre Yibo a estar acurrucado sobre su pecho, a una velocidad impresionante.

—La caja, esconde la caja— susurraba Yibo mientras se levantaba a abrir la puerta. En el camino se puso un chandal negro, y la tenue luz de la habitación no hacía notar la agitación del momento.

—¿Pasa algo mamá?— pregunta Yibo entrecerrando la puerta, mientras Xiao Zhan escondía la caja en el baño de la habitación.

—¿Xiao Zhan está despierto?—Pregunta mamá Wang

—¡Sí, estoy despierto!— se asomó Xiao Zhan envuelto en una bata de dormir —¿Pasa algo, tía?

—Es tu madre... creo que no se siente bien. — dijo Mamá Wang.

Xiao Zhan frunció el ceño y se dirigió a la habitación de invitados donde se estaba quedando su madre. Desde la puerta se podía oír unos quejidos de dolor. Xiao Zhan sin dudar entró a la habitación, sin tocar la puerta. Fue recibido por la mirada sorprendida de su madre.

—Mamá, ¿te sientes bien? — pregunta Xiao Zhan. Su madre estaba pálida y un poco sudorosa.

—¿Eh? ¿Qué hacen todos aquí? Vayan a dormir — respondió la madre Xiao con una sonrisa. Pero Xiao Zhan la conocía muy bien, esa sonrisa no hacía brillar sus ojos.

—Tía Xu, Yibo, vayan a dormir... yo me encargo de mi madre — dijo Xiao Zhan con una sonrisa, sentado sobre la cama a un lado de su madre. Amaba más que a nada a su madre, la adora con locura, es la mujer más importante de su vida.

—De acuerdo, amor... te esperaré — dijo Yibo, besando el cabello de Xiao Zhan. Beso que lo hizo sonrojar.

Para la madre Xiao esto era suficiente, este sonrojo tímido nunca lo había visto en su hijo. En las pocas horas que había visto la interacción de Yibo y su hijo, no podían engañarla, sabía que este matrimonio nunca fue por amor, pero sabía que algo había en el aire. Mientras veía a su hijo cómo miraba con una sonrisa la silueta de su esposo, no pudo evitar querer reírse. Aceptaría a quien fuera que hiciera feliz a su hijo, y este chico, Yibo, al parecer era el indicado.

Muy contrario al padre Xiao, que ha sido padre más por título que por presencia. Siempre viajando, siempre trabajando y por sobre todo, siempre buscando la forma de hacer dinero, aun cuando tuviera que vender a su hijo al mejor postor... o a su esposa. Este matrimonio con Yibo era la última oportunidad de su hijo de elegir por cuenta propia. Si este matrimonio no resultaba, él mismo iría a casar a su hijo con cualquier otro conglomerado que le fuera beneficioso. Siempre fue visto como moneda de cambio, la madre Xiao agradece no haber tenido más hijos y mucho menos haber tenido una hija, porque está segura que su esposo la hubiera vendido a cualquiera.

Pero afortunadamente, y por lo que ella ve, su hijo y Yibo se llevan bien y están aprendiendo a quererse.

—Mamá, ¿qué pasa? Sentí que te quejabas de dolor, entro y estás pálida — dice Xiao Zhan una vez que todos se fueron. Tomó la temperatura en la frente de su madre, y notó que no se encontraba bien. Nunca había visto a su madre de esta forma.

—¿Yo? Yo estoy bien... quizás fue un mal sueño... un mal sueño que ahora está terminando — dijo la madre acariciando el rostro de su hijo. — Ven aquí —dijo mientras le señalaba su regazo.

Atado a tiTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang