-.Capítulo 14.-

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Canción del encabezado: Mama - Il Divo

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Los siguientes días fueron una tortura.

Xiao Zhan prácticamente vivía en el hospital, Yibo no podía descuidar su trabajo, pero pasaba a visitarlo por la tarde, le llevaba algo de comida o le hacía relevo para que pudiera bañarse o descansar un poco.

Xiao Zhan se sentía culpable, porque no estaba cumpliendo como esposo. Seguía sintiendo que Yibo era su ancla, y agradecía al cielo que tuviera tanta paciencia y comprensión, de lo contrario se habría derrumbado en el instante en que puso un pie en el hospital.

Su madre no mejoraba, al contrario, veía como se apagaba momento a momento, en cuanto abría los ojos tenía una sonrisa para él, pero duraba apenas unos minutos y volvía a dormir.

Yibo había llegado a la sala con un trozo de pastel que sabía le gustaba mucho a su esposo. Le dolía el corazón al verlo, había bajado mucho de peso y su bello rostro tenía los signos del desvelo.

Xiao Zhan se comió con una sonrisa ese trozo de pastel, ver a Yibo hacia que su mundo por un momento tuviera algo de calor y de color.

–Vamos a caminar, Yibo. Necesito respirar un poco.

Al ver lo angustiado que se veían sus ojos aceptó, a pesar de saber que lo que necesitaba era dormir.

Dieron un par de pasos de camino al ascensor, cuando ven que un grupo de médicos y enfermeras corren a toda prisa a la habitación donde estaba su madre. Como si todo fuera en cámara lenta, alcanzó a escuchar que decían algo de un quirófano, de un paro cardíaco o algo así.

Soltó la mano de Yibo pero no alcanzó a correr muy lejos cuando una enfermera lo detuvo diciendo que no podía pasar y que debían ir a la sala de espera.

La cálida mano de Yibo lo guió, mientras el caminaba por inercia recordó las últimas palabras que su madre le dijo "Mi Zhanzhan es el mejor hijo, y se casó con un buen hombre que lo ama... me quedo tranquila que no estarás solo nunca más"

Pasaron horas en la sala de espera, no supo en qué momento se durmió, pero estaba consciente de la calidez que lo abrigaba. Estaba seguro de que su Yibo no lo dejó solo y está velando por él, podía quedarse tranquilo. Hacía mucho tiempo que no sentía esta paz y tranquilidad.

Pero esa tranquilidad se vio interrumpida por el sonido de la puerta automática y la presencia del médico agotado.

–Doctor, ¿qué pasó?, ¿cómo está mi madre?– preguntó Xiao Zhan tratando de despertar.

–Lo siento, joven Xiao, hicimos todo lo posible. La hemorragia interna fue demasiado para el cuerpo de su madre y no pudimos hacer nada...

Sonó un pitido en los oídos del mayor, no pudo seguir escuchando al médico porque todo le dio vueltas y se desvaneció.

Lo siguiente que escuchó fue a Yibo hablando con un médico, diciéndole que debe guardar reposo, que el impacto fue muy grande.

Luego abrió los ojos y vio que tenía una vía intravenosa en el dorso de la mano, en el otro extremo de la vía, se encontraba una bolsa con lo que supuso era suero. Frunció el ceño un poco confundido.

–Joven Xiao, está despierto. –dijo el médico.

Yibo que estaba de espaldas a él, se volteó rápidamente y se acercó para acariciar su mano agujereada y la besó.

–¿Te sientes mejor? Lograste dormir un par de horas.–dijo Yibo con una infinita suavidad. Nadie más importaba.

–Cielo, mi... mi mamá... – la voz sonó ronca, lo que provocó que Xiao Zhan intentara carraspear.

Atado a tiWhere stories live. Discover now