-.Capítulo 11.-

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Xiao Zhan se despertó con la piel de la espalda ligeramente fría, contrastando con el resto del cuerpo que se sentía deliciosamente cálido bajo las sábanas. Según la luz que se colaba por la ventana, debían ser las 6 o 7 de la mañana del sábado.

Medio aturdido, pestañea lentamente antes de sentir la tranquila respiración del hombre a su lado y no pudo evitar sonreír. Se quitó suavemente el posesivo brazo de su esposo y se dispuso a levantarse.

Cuando puso un pie en el piso, e intentó ponerse de pie, sintió las piernas débiles y un dolor punzante en la parte baja de la espalda.

- Jajajaja, buenos días, Zhan-ge - escucha la voz de Yibo desde el otro lado de la cama.

-¿Y te ríes? Se supone que era un castigo para ti y yo... - iba a decir 'terminé siendo maltratado' pero sonaría demasiado débil, y jamás querría verse débil ante Yibo.

Yibo reptó por la cama y levantó a su esposo del suelo. Lo acomodó entre sus brazos y lo besó por toda la cara.

-Mi esposo es el más guapo, no hay nadie más guapo que Zhan-ge

Xiao Zhan se sonrojó y apretó sus labios para contener su risa.

-Zhan-ge, ¿puedes caminar? Si quieres puedo ir por nuestro desayuno y desayunar en la cama relajados, y podríamos...

-Vamos a levantarnos, vamos, vamos, vamos... tu ve a la cocina, yo iré enseguida.

Yibo aguantó la risa y besó nuevamente a Xiao Zhan en el cabello. Pero un beso no era suficiente, y Xiao Zhan rodeó el cuello de Yibo con sus brazos y siguió dando pequeños besos en los labios, los que se convirtieron en Yibo apretando su cintura y dejándolo suavemente en la cama y presionándolo contra ella. Los besos fueron cada vez más intensos, ambos estaban desnudos y las reacciones corporales no se hicieron esperar, las aceleradas respiraciones se transformaron en jadeos y pronto ambos masturbaron deliciosamente el miembro del otro.

Cuando acabaron, se miraron y se largaron a reír. Parecían estúpidos, pero serían mutuamente estúpidos. Se metieron al baño donde nuevamente hicieron el amor bajo la fresca agua de la ducha. Para cuando se sintieron satisfechos ya eran casi las diez de la mañana.

Tomaron su desayuno y pronto se quedaron sin nada que hacer.

Yibo estaba ocioso en el sofá y Xiao Zhan revisaba su correo electrónico.

- Yibo

-¿Mm?

-Sé que ha pasado un par de meses desde que nos casamos, pero...

- Vámonos de luna de miel

- Vámonos de luna de miel

Ambos se miraron y se empezaron a reír, habían pensado lo mismo, pero ninguno se había atrevido a decirlo. Y era verdad, ya iban a cumplir cinco meses de matrimonio, pero no habían salido juntos. Los primeros dos meses fue un acuerdo de no-violencia. Luego con la visita de sus madres las cosas se apaciguaron un poco y solo ahora, se decidieron a bajar la guardia con el otro y dejarlo entrar en la intimidad de su corazón.

Además, la noche anterior contaba como confesión, ¿no?

Pronto llegaron las noticias a la agencia de Xiao Zhan, el jefe tirano e inflexible, anunciaba que se tomaría un mes de permiso por su luna de miel. A todos cayó bien esta noticia, menos a uno, que desde su escritorio miraba con furia la hermosa sonrisa con la que Xiao Zhan anunciaba su luna de miel.

Las noticias volaron a las oficinas de la alta gerencia de las empresas Wang. Yibo no participaba en el trabajo de alta gerencia, sino que estaba a un nivel menor, casi como un asistente, pero con más libertad.

Atado a tiWhere stories live. Discover now