Capítulo dos: "Ochenta libras".

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»Insane, inside,
the danger get's me high.
Can't help, my self.
Got secret's I can't tell.«
Play whit fire. Sam Tinnesz.

—Estás obsesionado.

Aegon le arrebató la pixeleada imagen del dragón estampado y se ganó un gruñido bien merecido por parte de su hermano. Su cabello platino lucía desordenado y aún habían atisbos de sueño en sus facciones.

—Nos robó.

—¿Y qué? Solo lo hizo una vez, nosotros lo hacemos siempre, no es realmente una pérdida.

—No, pero es un insulto.

—Reportalo con la policía.

Aegon se ganó una mala mirada a la que respondió con una sonrisita floja.

Aemond no se sacaba de la cabeza al motociclista. Atentaba contra su cordura el saber que quien les robó seguía por ahí dando vueltas. Si Daemon supiese que alguien fue capaz de infiltrarse y arrebatarles todo el dinero probablemente se burlaría de ellos lo que restase de sus vidas. Debía hacer algo.

Debía atraparlo, molerlo a golpes y recuperar su dinero.

Quizás hasta llamaría a Cole para que lo golpease también. Si Aemond seguía enojado por el suceso, Cole estaba furioso. Todos allí sabían que el tipo era vengativo.

El único problema era que tenía más cosas que hacer, y concentrarse en un bastardo escurridizo no era una de ellas. Solo le quedaba esperar a que Daeron consiguiese información.

—¿Daeron aún no te ha dicho nada? —preguntó, cambiando abruptamente de tema.

Aegon dio un sorbo a su café. Él hizo lo propio con su té. Ambos estaban sentados a un extremo de la mesa, el silencio los absorbía por cada segundo que su hermano tardaba en responder.

—No sobre dónde está.

—¿Qué significa eso? —Aemond no tenía paciencia. No cuando su tío estaba en algún lugar haciendo de las suyas sin haberles comentado nada.

—Daemon nos dejó, hermano.

—Él no–. . .

—Le dijo a Daeron que le cortaría la lengua si nos decía donde estaba.

Aemond se permitió una mueca incrédula, sin embargo no pudo negar nada. Ciertamente era algo que Daemon diría; no que haría. Estimaba lo suficiente a su familia como para atreverse a hacerles daño.

—¿Y le creyó? —Aegon se encogió de hombros—. Por supuesto que le creyó.

—Razones no le faltan.

Los dos hermanos voltearon cuando una tercera persona se unió a la conversación.

—Hermosa mañana para ti, hermana —tarareó Aegon. Haelena lo miró de reojo, pero aparte de un pequeño movimiento de labios no le dijo nada—. ¿Nos explicas?

—Daemon no volverá —dijo—. Está bien, en cualquier caso. 

Sirvió agua hirviendo en una taza y se sentó del lado izquierdo de Aemond. Él debió voltear ligeramente la cabeza para poder observarla. Ya estaba completamente vestida, a diferencia de Aegon que seguía con su pijama y Aemond que permanecía con los pantalones de chandal con los que durmió.

—¿Cómo lo sabes? —cuestionó, Aegon no dijo nada pero parecía igual de interesado. Llevó la taza hasta sus labios y dio un sorbo tentativo que inundó su garganta de calor. Cuando su hermana respondió, él definitivamente podría haberse atragantado.

Wicked Game [PGP2024]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن