II . Candidatos

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18 de Junio 1943

Howard despertó, con una borrachera que haría fantasma, pues ese día, propondría el viaje en busca de ese material que eran leyendas, cuentos y muy pocas veces una realidad.

El olor a alcohol, cigarro, perfume de mujer y sexo, se lo quitó con un baño, mientras ordenaba sus ideas y pensaba en cómo diría más cosas al tener la cabeza dándole vueltas.

Cuando Howard salió del baño, miró a la mujer, de la cual, no tenía ni idea de su nombre, edad o tal vez, incluso si era mujer. Pero recordó todo lo sucedido esa noche y:

-Vaya qué valió la pena.

Salió del lugar, esperando regresar a casa y no encontrarla. Aún un poco atontado.

Howard llegó tarde al trabajo, gritándole a su secretaria por un café, trataría mal a cualquiera que se le cruzará, menos al general al que le pediría maquinaria.

Con la cabeza estallandole y la sed lo matandole, entró a la oficina del general, nervioso, mareado, más cuando el hombre de traje militar le dedicó una mirada.

-Señor. -Le tomó la mano y ambos se sentaron-.

-¿Listo para este 22? Aún no tenemos al soldado, pero la fecha está. -Dijo con una sonrisa de orgullo-.

-Sí señor, pero yo venía a otra cosa. -El General se inclinó hacia él para escucharlo. Howard hizo una pausa, nervioso- He escuchado un montón de historias sobre el vibranium. Quiero ir en busca de ese tesoro y tal vez de una chatarra que sirva.

Manteniendo contacto visual, el General quitando la sonrisa de su rostro.

-¿Escuche bien? ¿Nos va a dejar en el experimento? ¡El soldado aún no está elegido!

-Hombre' -Se levantó del asiento metiendo las manos en los bolsillos-. Pero algún candidato debe haber y por Dios, mi tecnología ya está, no es tanta ciencia.

-Lo siento Stark, pero si estás iban a ser tus vacaciones no serán, te necesitamos aquí. -Volvió a lo que hacía sobre documentos-.

-Ya hice mucho por mi nación y este viaje será un logro más. Necesito presupuesto y maquinaría, la nave ya la tengo general. -Explicó dando sus razones, cerca de la mesa, de pie-.

-Estamos en guerra ¿Recuerda? -Alzando una ceja-.

-El territorio que investigaré será uno que ningún alemán quiera ver, México no se mete con nadie. -Explicó con casi desesperación- Se explorará el mar atlántico, Yucatán.

-¡No Stark, no! -Con un gritó, tomó una hoja una nueva hoja en la que firmó, quitando el tema-.

-A ver ¿Quiere entonces que quite mis maquinas? -Propuso usando chantaje-Muéstreme candidatos.

El general con una expresión obvia de enojo, sacó una carpeta y se la acercó al hombre de traje negro, esté, se sentó y empezó a ver cada perfil.

-¿Ésto? ¿Habla en serio? -Le mostró la foto y archivo de un hombre sano y fornido- ¡Ésto tal vez es la mitad de un super soldado!

--Estamos eligiendo a alguien que aguante el procedimiento ¿De acuerdo? -Boto la pluma subiendo la voz-.

Howard siguió viendo los perfiles.

-¡¿Hay alguno que de verdad le beneficie?! -Con irónia-.

Llegó a lo último de la carpeta, ya dejando de leer y solo viendo hombres sanos, fuertes, a simple vista.

Pero el último hombre.

-Steve Grant Rogers...
25 años. Peso 45kg. Estatura 1.63. Asma. Fiebre escarlatina. Sinusitis. Resfriado crónico. Presión arterial alta. Fatiga fácil. Problemas del corazón. Problemas de nervios. Contacto con tuberculosis. Padre y hermano con diabetes. Antecedente de polió. ¡Él es el perfil correcto! -Subió la vista y miró al general-.

-¡¿Qué dice?! Hasta la Agente Carter es mejor que ese flacucho, en el entrenamiento parece que se va a romper como un fideo. -Critico sin medirse-.

-El invento del doctor y mis máquinas, harán que esté hombre, sea perfecto y que esas enfermedades se vayan, sin más. -Presumio-.

-No puede mandar si no estar. -Contraataco-.

-Así que ya acepto ¡Y claro que puedo opinar y mandar! Yo coopere con esto ¿Me va a dar la maquinaria? Si o no. -Entusiasta-.

-Concedido Stark, tendrá las máquinas en su barco horas antes, ahora, retírese.-Con sarcasmos lo corrió-.

Olivia mientras tanto ya había empezado a armar su gran equipaje, lleno de ropa, cremas y perfumes. No quería oler a sudor y a pescado en medio del mar, no con Stark.

La nave ya la habían empezado a llenar de víveres, todos los necesarios para vivir durante ese viaje lejano y Olivia se preparaba aunque odiará viajar, pero, aburrida de estar sola en en esa casa enorme.

Entró Maria a la habitación.

-¿Qué paso? -Le preguntó Olivia quitándose la pinza de su cabello-.

-¿Se le ofrece algo de beber o comer? -Estaba cerca de la puerta esperando indicaciones-.

-No, solo, necesito que alguien platique conmigo. Cierra la puerta. -La mujer hizo caso y se acercó a ella.- Siéntate en la cama.

La mujer incómoda obedeció y miró a Olivia, María confundida por su actitud de hoy.

-¡Dime algo! -Alzó la voz-. Prometo no molestarme.

Estaba abotonando una camisa y María la ayudó a doblar una falda.

-¿Ama al señor Stark? -Preguntó de golpe-.

-El amor es para niños María, solo es muy atractivo y ya.

-Lo sé señorita, pero tal parece que siempre cae en sus súplicas. -La miró con miedo ante su posible respuesta-.

-Ese es el secreto María -rio fuerte-, que los hombres, crean eso. Es atractivo el tipo ¿No crees?

-Si lo es. -Aceptó recordando que siempre que lo veía él, le coqueteaba-.

-Y vieras que bien folla. -Carcajeo fuerte de nuevo-.

-¿Alguna vez, ha pensado en tener hijos? -En sonrisa preguntó la mujer de cabello rubio_.

-¿Él? Si, me dijo que si tuviera un varón le llamaría Antony, igual que él. -Dobló ahora un camisón- Amo ese nombre, suena muy sexy siento que si Stark tuviera una hijo, sería igual de sexy que él.

María la interrumpio.

-No señorita, usted. -Olivia la miró incrédula por su pregunta sabiendo su respuesta-.

-No Maria, no preguntes tonterías...

Hubo un momento de silencio incómodo, ese en donde Olivia dejó viajar su mente y María verle el rostro ilusionado.

-Aún es joven, señorita. -María-.

-Bueno, puedo cambiar de opinión. -Volvió a doblar ropa-.

Podían platicar, sólo si Olivia quería e iniciaba la conversación, pero desgraciadamente, siempre habían silencios incómodos en sus pláticas y eso, desánimo de repente a Olivia.

-¿Me vas a extrañar Maria?

María le sonrió sin contestar y Olivia molesta o tal vez herida, rodo los ojos.

-Si, yo tampoco me extrañaría. Puedes retirarte ya Maria. -Asintió la rubia para dejarla sola en su habitación-.

Las veces en las que, Olivia había sospechado un embarazo y que ya lo había estado para interrumpir tal destino a la fuerza para, de milagro seguir viva después de haber perdido cantidades abismales de sangre hace apenas, seis meses.

Jamás tendría hijos.
Era la falta de cariño y amor verdadero que la hacía dudar de un día, vivir con alguien para compartir ¿La vida? ¿Casarse? ¿Tener hijos? Y sobre todo, alguien como ella ¿Podría ser buena madre?

Sin Amor - Fanfic Namor Where stories live. Discover now