¿Cuentos? ¿Leyendas? ¿Dioses? ¿Amor? Todo en lo que no creía Olivia le fue mostrado, en tan poco tiempo y sin tanto esfuerzo la enamoró.
Era el año 1943, año de guerra para el mundo y ella, pero, el mar yucateco lo ocultó todo y lo volvió felicidad.
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2 de Agosto 1943
La mañana había llegado dándole un día más de vida para las criaturas del mar que necesitaban el sol para prosperar.
La boda de esa mujer sería pronto y esta vez con más gente en la fiesta ya que todo Talokan estaba apoyándose siendo que en tan pocos días se armaría todo.
Namor estaba concentrado escribiendo en su libreta, a veces solía hacerlo queriendo escribir de todo un poco así sacando sus sentimientos, era algo que Olivia y él tenían en común, su manía por escribir tonterías.
Fue interrumpido por el entrar de Yatzil que traía con ella un vaso.
—Te traje un poco de atole que preparó mi mamá.—Se sentó delante de él dándole el vaso.
—¿Ya no estás enojada?—Se lo empinó probando que era de avena.
—No, creo que no.—Le sonrío.
—Debo enseñarte algo.—De levantó para ir a su ropero.
Busco entre sus cosas sacando la pequeña caja de madera, volviendo para enseñarle el anillo.
—Es precioso.—Yatzil feliz al verlo—.Queda con ella.
—Le pediré matrimonio.—Con una tierna sonrisa que iluminaba su rostro, mientras veía a su prima ver el anillo.
—¡¿En serio?! ¿Cuándo se lo darás? ¡Te ayudo!
—No sé ¿Mañana?—Propuso.
Le urgía mínimo poder sanar su corazón que con su perdón cociera lo roto que quedó. Apenas podía desear que lo perdonará pero no salía de sus posibilidades para que soñara en que podría volver a amarla.
—Si, tú solo dime el plan y yo te ayudo, debe ser algo bonito, romántico y...
—¿Crees que me acepte? ¿Me perdoné?
—No estoy segura, pero...—Estiró su mano a la de su primo mientras que con la otra tenía el anillo—Así le dirás que aún la amas y tal vez lo piense.
—Vale está bien ¿Y ahora? ¿Dónde está ella?—Yatzil le dio el anillo y Namor lo fue a guardar.
—Fue a la isla a dar clases, por lo que me ha contado va de maravilla todo, los niños aprenden fácil.
—Sabía que ella iba a ser de gran ayuda.—Se sentó de nuevo con ella.
—¿Si la vigilabas?—Namor asintió con pena.
—Supe que atendió un parto exitosamente en cesárea, que iba y venía de la escuela, que la mayor parte del tiempo estuviste con ella, gracias Yat.
—No hay de que, es mi amiga y la quiero..
—Y ¿Es cierto lo de Ujo'?—Apenado preguntó.
—Siento decirte que si pero no creo que sea algo de lo que tengamos que preocuparnos, ella estaba triste tal vez ¿Necesitaba eso?—Casi en burla.
