Capítulo 41

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Hoseok estaba enteramente nervioso y no era para menos.

Estaba en la feria, ya iba a hacer casi las 8 de la noche y esto daba para más rato. Los profesores se veían contentos llenándose las barrigas y muchos alumnos estaban reunidos en el escenario viendo las presentaciones de sus demás compañeros.

Claro que había mucha gente, pero obviamente también había mucha más en el gimnasio bailando música lenta y haciendo poses como en las películas estadounidenses y besándose en público para hacer el sueño americano real.

Por ahora, él no iría a su propia feria; tendría que pasar por el huracán Seokjin para entrar a su baile horripilante.

—Pensé que Jimin te había dicho… ya sabes.—dijo Hoseok apenas se encontró con susodicho.

—Sí, pero sinceramente no confío en ti. ¿Quién me asegura que no harás una barbaridad en mi fiesta para arruinarla?—Seokjin se cruzó de brazos con una ceja alzada.

Las puertas del gimnasio estaban cerradas y Seokjin no dejaba espacio para escapar y entrar en medio de ellas.

Era una cárcel con música.

—Lo juro, apenas haga algo que te perjudique, me sacas.—respondió Hoseok con convicción—Mi intención no es arruinar tu fiesta, solo quiero hablar con una persona de allí y es todo.

Seokjin lo medito un momento antes de hablar:—¿Es así de importante?

Hoseok trago:—Mucho.

Seokjin lo pensó una vez más antes de posar una mueca y hacerse a un lado para abrir la puerta. Hoseok sonrió ante el primer paso cumplido, pero una mano lo retuvo antes de entrar.

—Que te quede claro que si veo un solo escándalo de tu parte, te saco.

La advertencia quedó clara y Hoseok se dispuso a entrar. Se fijo en las miles de cabezas que rondaban por todo el gimnasio. Esto estaba abarrotado y estaba asfixiándose. Por lo menos pudo escapar de un tumulto de gente y posarse cerca de la mesa de bebidas, donde cogio una y la tomó de un trago. Tenía que tener fuerzas para encontrar a Taehyung.

Después de fijarse en varias cabezas a través de las luces y la música estruendosa, se topo con una cabeza de cabellera semi-rubia muy sedosa en medio de la pista sosteniendo a una chica.

Maldición, esa chica era Jiun.

¿Por qué Taehyung haría eso? Maldita sea, ni siquiera Hoseok haría eso, ni que estuviera tan loco.

Hoseok se sintió dolido, pronto la sensación de los últimos días profanando su cuerpo. Estaba a punto de llamar a su hermana para que lo recogiera y no tuviera que ver esto que le hacía punzadas en su corazón, pero se abstuvo y fue fuerte.

A paso firme fue donde estaban esas dos personas. No sabía porque estaba haciendo esto y no estaba en condiciones de saberlo, sólo se lo iba a explicar todo (tratar) y hacer que vuelva, si nada de eso funcionaba, pues joder… tendría que mudarse a Alaska y tratar de rehacer su vida lejos de Taehyung.

Estaba a unos metros cuando la primera persona que lo noto fue Jiun.

—Pero miren quien se digno a aparecer—su voz era veneno total. Su sonrisa era copiosa de maldad.—No sabía que te dejarían entrar, me dijeron que no te llevabas bien con Seokjin.

Hoseok no le tomó importancia, sus ojos sólo yendo a la persona en la quien pensó todos estos últimos días y sufrió por él a más no poder. Kim Taehyung le devolvió la mirada, pero está no transmitía nada. No como la primera vez que se conocieron, ni cuando estaban bromeando o compartiendo galletas, no como cuando se besaron y lo hicieron por primera vez…

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