Wang Yibo sonríe siempre que recuerda la absurda historia sobre cómo él, al ser el séptimo descendiente Wang, se convertirá en una especie de animal mitológico o hasta en un horrible monstruo peludo de cuatro patas.
Pufff ¡Patrañas!
❤️Historia omega...
Wang Yibo parpadea y maldice cuando se despierta y cae en cuenta que ha dormido más de la cuenta.
Su reloj marca cerca de las doce del mediodía.
-¡Carajo! -golpea su cabeza y luego el volante del automóvil con sus dos manos, echando una sarta de maldiciones.
Sale a estirar sus piernas y vaciar su vejiga a la orilla de la carretera tras un fuerte portazo, no hay mucho que hacer más que revisar si su celular tiene algún nuevo mensaje de Yi Tian o su padre y continuar la búsqueda de Xiao Zhan.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, un omega golpea la puerta del despacho de Xiao Jian Min y entra sin esperar respuesta alguna del alfa.
-¿Qué sucede, hijo? -el alfa cuelga el teléfono al verse en la obligación de interrumpir la llamada.
-Todavía no hay noticias de Zhanny -pronuncia tras un suave susurro, acercándose tras un par de pasos.
-Debemos confiar en el departamento policial, Yi Long ¿Ayanga no se ha comunicado contigo? -suspira y extiende su mano hacia el omega, lo nota realmente preocupado cuando niega con su cabeza-. ¿Cómo está tu madre?
-El doctor logró convencerla de que debía descansar y le ha aplicado un sedante -le informa mientras las feromonas alfa de Jian Min logran tranquilizarlo-. Dormirá un par de horas...
-Dile a los demás que me notifiquen apenas despierte -le responde, dejándole un cálido beso.
-No creo que eso sea necesario -el omega sonrió.
-Es verdad. Vendrá directamente a exigir mi decapitación... -chistó.
-Eso sería muy rápido, padre -Yi Long palmeó el hombro del alfa-. Ling Chi* sería el suplicio adecuado para tu grave falta.
El alfa exhaló angustiado, no había sido capaz de darle personalmente la noticia a su esposa, así que llamó al médico familiar y, con ayuda de Yi Long y Zhe Yuan, le notificaron a Jing Tong sobre la desaparición de Xiao Zhan.
Jian Min sintió a través del lazo que los unía la confusión, furia y desesperación de su compañera de enlace al enterarse que su Xiao-Xiao había sido secuestrado por un trío de maleantes.
Tendría que solucionar todo antes que ella despertara, sino el mismísimo Armagedón comenzaría con el abrir de sus bellos ojos.
Xiao Jian Min liberó la mano de Yi Long y apretó el intercomunicador inalámbrico, la voz de su secretaria le respondió al otro lado del aparato y le ordenó: -Comunícame de inmediato con el comisario Zi Teng.
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El alfa de ojos claros observaba a Xiao Zhan dormir como si nada, luego de haber tenido una conversación tan... reveladora.
Jamás se hubiese imaginado que el omega fuera un hombre culto e instruido de sabiduría detrás de esa personalidad extrovertida y exasperante. La fachada de niño caprichoso y parlanchín se había desmoronado con cada palabra que salía de sus labios.
