Se rumorea que una figura del mundo clandestino de Yokohama está organizando un concurso. El corredor callejero más votado gana una inscripción gratuita en la próxima temporada de Fórmula 3, en California. También podrían estar repartiendo un boleto...
tw: transfobia/disforia. Como siempre, manténganse a salvo, y todos por favor asegúrense de revisar las notas después de leer el capítulo. ❤️
Rec. de la autora: Hay un '#' donde deberías empezar a reproducir "HDMI" de BONES!
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Chuuya lame sus labios, enderezando sus guantes sobre sus manos. Ha conseguido que Yosano ponga a Arahabaki en un ascensor con el que puede jugar para enseñarle a Dazai su auto.
—Bueno —dice, señalando a Arahabaki.
—Tracción trasera manual, porque no soy un maldito imbécil —comienza Chuuya. Dazai se ríe.
Es una calurosa tarde de fin de semana; de esas que solo se pueden salvar con una paleta de sandía o una limonada. Yosano tiene ventiladores zumbando en la armería, pero está sudando de todos modos.
—¿Primero las cosas cosméticas o las funcionales? —pregunta Chuuya, pinchando su brazo.
—Depende de ti —responde Dazai, cruzando los brazos sobre el pecho. Su voz resuena en el garaje. Vuelve a llevar esa camiseta gris oscura con los jeans azul oscuro. Es sencillo, pero parece fresco. Además, sus botas de combate son muy atractivas.
Chuuya está usando sus jeans negros hoy, con una camiseta de banda casi negra que tiene diseños grises oscuros. Su franela negra y roja, como siempre, está enrollada alrededor de su cintura. Tira de su gargantilla. El cuero se pega a su piel gracias al calor.
Primero las modificaciones cosméticas, solo para quitarlas de en medio. Yosano observa desde un taburete cercano, masticando un sándwich. Se ve extrañamente elegante con las rodillas juntas y las puntas de sus desgastadas Converse apuntando hacia adentro, y hay una pizca de aceite de motor manchando su brazo.
—Tengo muchos LEDs. No los enciendo todos la mayor parte del tiempo, pero... faros, luces bajas e iluminación interior —presenta Chuuya, antes de usar su teléfono para encender todas las tiras de luz, y luego meter el torso en el lado del conductor para encender los faros. Tiene que alcanzar el interruptor ya que su auto está a unos cuatro o cinco pies del suelo en este momento.
Siente que su camiseta se sube por su estómago en el proceso. Se queda ahí, gracias a lo jodidamente húmedo que está su cuerpo. El sudor contamina el puente de su nariz y las manzanas de sus mejillas, sus pelotas están pegadas a sus piernas; Chuuya odia el calor. Reza para que su desodorante y su colonia le hagan algo de justicia.
Chuuya pasa su lengua entre sus labios mientras utiliza una aplicación de su teléfono para hacer pasar las luces por el espectro de colores. Activa un ajuste para que cambie los colores por sí mismo y arroja el teléfono sobre su asiento, girándose para echarle un vistazo a Dazai.
Sus ojos están fijos en la cintura de Chuuya.
No parece darse cuenta de que Chuuya lo sabe.
El recuerdo del pequeño truco que Dazai hizo ayer en la oficina pasa por su mente. Chuuya ni siquiera necesita llegar al punto de sentirse avergonzado para odiarlo por ello.
