Se rumorea que una figura del mundo clandestino de Yokohama está organizando un concurso. El corredor callejero más votado gana una inscripción gratuita en la próxima temporada de Fórmula 3, en California. También podrían estar repartiendo un boleto...
tw: pensamientos severamente autocríticos e ideación suicida, incluido decirse a uno mismo "ve a morir"
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Encuentra la matriz diagonalizadora S para A. Es decir, encuentra S para que A sea igual a...
A la mierda con esto.
Dazai se aleja de la mesa de bar de la cocina con un suspiro exasperado después de haber leído solo el primer tercio del millonésimo problema de práctica que está estudiando, y opta por dedicar un rato a regar su arsenal de plantas mientras espera para desayunar. El arroz casi ha terminado de cocinarse.
Sus ojos casi se cierran solos en el momento en que se rinde a la pregunta de su ejercicio. La culpa por haberse rendido empieza a serpentear sobre él, porque, maldita sea, a medida que pasan los días, cada vez hace menos trabajo. Puede realizar los cálculos fácilmente, solo es cuestión de hacer que su trasero se siente en la silla y... bueno, hacerlos. Está cansado. Y la música lo distrae hoy.
Deja sus AirPods sobre la encimera.
Dazai no durmió mucho anoche.
Resopla, obligándose a abrir los ojos mientras se alborota el cabello húmedo, su hombro dolorido traquea en señal de queja por su uso después del entrenamiento de la mañana.
Dazai se pregunta cuánto tiempo más podrá mantener la rutina de levantarse de la cama cada maldito día y hacer que su cuerpo se mueva. Ha pasado demasiado tiempo desde que se sintió como si estuviera colgando de un hilo.
Sus próximos exámenes finales no han mejorado su estado de ánimo.
Seguramente, Dazai se sentirá mejor cuando terminen. Seguro. Tiene que hacerlo.
Está a punto de abrir la puerta corredera que da al balcón con su regadera metálica en la mano cuando escucha pasos que bajan las escaleras.
Dazai se detiene, se pone rígido cuando los recuerdos de hace unas siete u ocho horas lo invaden.
Acá no pasó nada.
Gira sobre sus talones y ve a Chuuya entrando tiernamente en la cocina, mirando un poco a su alrededor y observando la sartén de pescado que Dazai ha hecho a la parrilla hace un rato, antes de agarrar un tazón y abrir la olla arrocera para servirse.
Tiene el cabello húmedo, y Dazai puede oler ligeramente su combinación de jabón y colonia a unos cinco metros de distancia, ya que es uno de esos aromas que viajan bien por el aire sin abrumar lo más mínimo.
Ladea la cabeza, sorprendido por el hecho de que nunca antes había percibido el olor inherente de Chuuya, a pesar de que ya lleva un par de semanas viviendo con Dazai.
Huele casi... agradablemente húmedo. Como la lluvia, pero más parecido a una tormenta que a una llovizna. Como si el calor que ha retenido de la ducha se hubiera absorbido de algún modo en su aroma, que es profundo, pleno y terroso. Nada muy nítido, lo bastante espeso como para que Dazai lo olfatee por segunda vez.
