•C U A T R O•

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•H O O   J O O N•

Desde que tengo uso de razón he amado el baile con cada fibra de mi cuerpo. Bailar no es solo mover el cuerpo al ritmo de la música. Es entender la cultura detrás de cada baile, es sentir su música, como las notas recorren tu cuerpo para hacerte parte de ese momento y esa época.

La danza es una forma de vida, una forma de sacar lo que tenemos en nuestro interior. Cuando bailas interpretando una canción, un ritmo, un estilo, es una forma de conocer su cultura. Plasmar cada estilo y lo que tienes en tu cabeza en ese momento es indescriptible. Hay una conexión única, a veces no hace falta hablar para expresar lo que piensas y sientes. Cuando se entra en una clase de baile es imposible no evadirse de todo lo que nos aflige. Se trata de coger lo bueno y lo malo que en ese momento sentimos y proyectar. Transformar nuestros sentimientos en algo positivo que emociona tanto a quien lo ve, como al que lo ejecuta.

—Abro y cierro—Mi-Suk abre y cierra sus piernas—En tres tiempos y mientras lo hago mis brazos hacen lo mismo, se abren y se cierran. Cruzó mi pierna derecha y giro sosteniendo el cinturón con mi mano derecha y la izquierda se eleva hacia arriba, sensual. No lo olviden.

Seguimos las instrucciones de nuestra coreógrafa que al parecer no conoce la definición de un ensayo antes de la práctica grabada porque literalmente nos está obligando a dejar el alma en la sala de ensayo.

—Último. Mano al cinturón y doy un pequeño salto cuando mi pierna se eleva, mi mano izquierda de nuevo al aire como un sello de triunfo y baja a media que la pierna también lo hace—la música finaliza y la mujer aplaude con entusiasmo antes de girar su atención hacia nosotros dando saltitos.

Seco mi frente con la pequeña toalla que está en el bolsillo de mi pantalón y escucho como un cuerpo se derrumba a mis espaldas. A través de los espejos puedo ver a Nolan tirado en el suelo elevando su mano hacia la lámpara que cuelga del techo como si estuviera agonizando. Niego con la cabeza antes de caminar hacia la mesita en donde están las bebidas hidratantes y le doy un trago a la primera botella que encuentro. A pesar de que amo bailar, 5 horas de ensayo aún me parecen una exageración rayando a lo inhumano.

—Díganle a mi madre que la amo—se queja el chico desde el suelo—Esto es una explotación laboral, no siento mis piernas, Mi-Suk.

—Pareces una ramita—la chica de cabello corto se acerca a él para patear el costado derecho de su cuerpo haciendo que él se siga quejando—Eres una princesa N, y tan rudo que te ves en tus conciertos.

—No todos nacimos con el don de hacer una coreografía complicada al mismo tiempo cantar sin equivocarse una sola vez como HJ—me señala con su dedo— ¿Qué clase de pacto con el demonio hiciste para ser así?

—Soy único N—me encojo en hombros cerrando la botella de agua—Soy único en esta industria...

Un calcetín choca contra mi rostro cortando mis palabras. Hago una mueca de asco al retirarlo y miro a Nolan que ahora está de pie esperando por mi ataque. Suelto una risita dejando la botella de agua en su lugar junto al calcetín y me abalanzo sobre Nolan que se tira al suelo para esquivarme. Me enredo con mis propios cordones y caigo sobre Nolan que se queja por el golpe y todos en la sala de ensayo ríen a carcajadas. Me siento sobre el suelo de madera tratando de regular mi respiración mientras miro a la nada.

— ¡Reiniciando sistema! —exclama Nolan golpeando la parte trasera de mi cabeza.

Es cierto. En algunas ocasiones de mi día me quedo totalmente en blanco mirando cualquier objeto o simplemente mirando a la nada, es una sensación parecida a la que se siente en las mañanas al despertar. Es una manía que tengo desde que tengo memoria y los chicos bromean con eso de que soy una máquina defectuosa que necesita un reseteo.

Cuando nos volvamos a encontrar. ||1||Where stories live. Discover now