•V E I N T I C U A T R O•

19 1 0
                                    

•J A D E•

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

•J A D E•

Me estiro en la que solía ser mi cama con un poco de incomodidad. Lo cierto es que desde que llegue a Londres no he podido dormir muy bien y no es solo por el hecho de que la razón por la cual volví es para presentarme ante un tribunal, también es porque después de tantos meses viviendo en Corea ya me acostumbré a dormir en mi cama, me es imposible acoplarme a un lugar distinto al mío. Irónico ¿No?

—¡Mami! La tía Jed ya despertó.

Quito el edredón de mi cabeza para mirar a Hina quien mantiene su vista clavada en el desorden de mi habitación asimilando que el desorden ha vuelto a su vida.

—Y parece un zombie.

—¿Tan mal me veo? —me sostengo sobre mis codos para observarla mejor. Su vestimenta me hace saber que ira a practica y que posiblemente también grabaran la coreografía en la que han estado trabajando últimamente— ¿No te cansas de bailar?

—El cansancio no es excusa para rendirte—Jeanne besa la cabeza de su hija quién da media vuelta antes de mostrarme la lengua y desaparece de mi campo de visión—¿Descansaste?

—No mucho—dejo caer mi espalda nuevamente sobre la cama—La audiencia es esta misma tarde y no estoy lista para enfrentarlo.

—Finge que lo estás—un costado del colchón se hunde y mi hermana palmea uno de mis muslos—No permitas que tu oponente te vea débil. Si no te sientes con la fuerza suficiente para para enfrentarlo, actúa, finge y poco a poco te lo creerás.

Su consejo hace que me pregunte ¿Cuantas veces has tenido UE fingir para que me aconseje que lo haga yo también? Siempre he creído que mi hermana es genial, sobre todo su fortaleza y la capacidad que posee para no doblegarse frente a las situaciones difíciles, pero ahora que estamos conversando, me hace dudar de los que realmente ella sentía en ese tipo de situaciones. No siempre somos lo que aparentamos ser, puede que por fuera parezcamos personas sonrientes, alegres y extrovertidas, pero puede que por dentro te estés muriendo de tristeza, angustia y dolor.

—Lo consideraré—palmeo el espacio libre junto a mi invitándola a acostarse, sin embargo, ella declina mi oferta negando con la cabeza— ¡Oh vamos! Hace meses que no bien vemos, Jeanne, solo serán 5 minutos. Soy tu hermana menor y necesito tanta atención como Hina.

—Lo que dices es un poco incoherente, Jade. Hina tiene 6 años y depende mí, tú tienes 23 y dependes de ti, sin embargo, solo serán 5 minutos ¿No? —asiento con la cabeza repetidas veces y mi hermana se deja caer junto a mi para después abrazarme como solíamos hacerlo antes de que nos golpeara la adultez—¿Estás comiendo bien? ¿Aún sigues saltándose las comidas?

Me mantengo en silencio por un momento. No es mi culpa estar tan ocupada que a veces no me da tiempo de comer o a veces ni siquiera tengo apetito. Me corrijo, si es mi culpa, en mis días de universidad mal acostumbre a mi cuerpo y ahora estoy pagando las consecuencias.

Cuando nos volvamos a encontrar. ||1||Where stories live. Discover now