Capítulo 5: Intenso deseo.

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Viktoria Románova


Su respiración golpeaba mi boca y yo solo ansiaba sentir sus labios carnosos contra la mía, ¡Quiero y necesito su boca contra la mía!

- ¿Qué pasa si lo quiero? - cuestioné, mordiendo mi labio descaradamente.

- ¿Quieres que te folle contra este ventanal? - pase mi lengua por mis labios.

- No me molestaría - dije, se que lo estaba emocionando y no sabía si lo quería.

- ¿No te molestaría? - dijo, me soltó las manos y me jalo el cabello levantando mi cara en el proceso, nuestros labios estaban casi juntos. - ¿No duele?

- No - dije y me impulse, lo bese nuevamente como la primera vez, sus besos son la mismísima gloria. - me gusta tu boca - dije en medio del beso, Gregory me tenía agarrada del cabello con una mano y la otra la tenía en mi pierna desnuda, porque tenía un mini shorts.

- Joder, di que pare porque si sigo no me detendré - dijo, su mirada lujuriosa me calentaba a mil, «¡Porque decir que no, si, sí!»

- Lo quiero y lo necesito Gregory - lo bese de vuelta, me levanto y me empujó al cristal del ventanal.

Me quito de un tiron mi camisa, rompiéndola dejando mis tetas al aire, se lamió los labios y bajo a chupar con fervor.... ¡CRISTO SANTO! ¿Por qué no lo experimente antes?, Gregory chupaba, lamía y me mordía. Era rudo. Causaba dolor que se convertía en placer, mi cuerpo era un mar de sensación nuevas, me ardían mis senos pero quería más y mucho más. Me cargo con él hasta llegar a la cama, el estaba arriba y yo abajo. Enrolle mis piernas en su cintura y el se empezó a mover creando fricción entre nuestros cuerpos, sus besos en mi cuello y la atención que le daba a mis senos era placentera. Se quitó la camisa y su pantalón, después se percato de mi shorts y lo arrancó.

- Oh, Dioses del Olimpo - gemí, su mano estaba en mi coño, su pulgar torturaba mi punto que palpitaba a mil por segundo. ¿Por qué carajos me siento drogada? Verdaderamente, no sé si es el hombre o todo esto, pero me siento drogada en una nube de éxtasis por qué su pulgar me tortura dolorosamente pero es tan rico.

- Sigue gimiendo Moy Kinzhal - dijo Gregory en un gruñido.

Me volteo dejando mi culo a su disposición, sentí como se cortó el aire y llegó la primera nalgada....

- ¡SANTO CIELOS! - dije excitada, «¡soy una maldita masoquista!».

La segunda, la tercera, la cuarta, da más hasta que llega a la decimoquinta nalgada y mi vientre se contrae y mi cuerpo tiembla, siento a Gregory respirando en mi coño y explotó.... «¡Me he corrido por las nalgadas!». Me volvio a voltear, está vez dejándonos frente a frente, mi cabello estaba pegado a mi frente y mi respiración era aún agitada, la polla de Gregory estaba que explotaba, tenía sus venas marcadas, era grueso y gigante. Pasó su falo lentamente por mis labios vaginales, y mi coño era un río baboso. Uno. Dos. Tres, entro de golpe, rompiendo mi coño en el proceso, daba estocadas rudas y certeras, dolía pero me encantaba ese dolor placentero.

- Mujer del demonio, si vieras la vista que tengo de nuestros cuerpos uniéndose, Dios mujer - dijo, sentía como el crecía dentro de mí haciéndose más prominente y mi coño lo exprimía gustoso. Salió de mi interior y se sentó en la cama conmigo encima.

- Montame Moy Kinzhal - me senté en su falo y se sentía tres veces más grande - eso es pequeña - me movía circularmente, faltaba poco para llegar al éxtasis, así que subí y baje como si fuera una puta experta en esto, su boca estaba en mis senos y todo adelanto mi segundo orgasmo, haciendo que mi vientre se contraiga y apretando la polla de mi prometido.

El Boss [UR 01]Where stories live. Discover now