Capítulo 39: Muerte.

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Gregory Kuznetsov


— Pensé que no ibas a ir por ella — dijo Alik mirando el cuerpo débil de mi esposa. —, te haces el duro pero como te afecta.

— Me afecta mucho más de lo que parece hermano — contesté.

Saque mi arma de mi pantalón y le disparé, empezando una balacera de disparos, ellos eran cinco. Corrí y me escondí detrás de un árbol pero una bala entró por el mismo lugar donde me habían disparado antes y con cada movimiento ella corría y podía llegar a mi corazón, la noche ya estaba cayendo y dentro de poco íbamos a estar a oscuras, uno de mis disparo le dió a Alik y sus hombres ya estaban muertos; yo ya no tenía balas... necesitaba refuerzos porque ya no podía mover mi brazo y sentía que me ardía todo el lugar afectado por la bala. Cómo pude saque mi teléfono y le mandé la ubicación a Igor, solo era cuestión de minutos para que ellos llegaran.

— ¿Qué sucede hermanito? — dijo Alik. — te has quedado sin bala.

— Siempre tendremos un arma aparté. — dije recordando las palabras del que era mi padre.

Alik cargó su arma y le ordenó a la doctora entrar a la camioneta con Vik, salí de mi escondite y me disparó en la parte baja de mi estómago y me lance encima de él, mi puño se estampó en su cara, uno, dos y tres mis puños tenían vida propia, lo iba a matar con mis propias manos por todo el daño que le ha hecho a todo el mundo, por sus errores del pasado que nos llevaron a distanciarnos, por todo lo que le hizo a Alek desde niño.

— Para — susurró en un gemido lastimero. — por favor para, ya no más.

— Eres un maldito idiota — me tire a su lado sin fuerzas, ya no tenía ni sangre en mi sistema por los tiros.

— Amo a Viktoria desde hace mucho y tú lo sabías — dijo en un quejido. — desde el primer día que la vi con ese vestido negro que le hacía resaltar sus ojos.

— Lo sé a mí también me atrajo — respondí.

— Yo te admiraba — mi parte baja del estómago dolía y la sangre aumentaba. —, y padre aún lo hace, el te quiere.

— El no es mi padre desde aquel día — negué con la cabeza intentando levantarme para no recordar.

*

— Él no nos quiere — dijo Gael tratando de hacernos entender. —, lo he escuchado hablar con su amante y dijo que nosotros somos su vergüenza más grande que para el lo más importante es la mafia.

— Déjate de estupideces Gael, harás que Alek llore — le tape los oídos al bebé.

*

Ese día no le creí a Gael pero al pasar del tiempo supe quién era ese señor y luego con el tiempo quiso remediarlo con Alik y fue el peor error porque lo crío mal.

*

— A veces quisiera huir de ellos y dejarlos solo — dijo padre y me escondí detrás de la puerta para poder escuchar mejor.

— ¿No los quieres? — preguntó su acompañante.

— No, más quiero la mafia y a las mujeres — contestó cínicamente.

El Boss [UR 01]Onde histórias criam vida. Descubra agora